México representa 60% de su negocio, mientras que 40% restante proviene de Brasil; perspectivas de ingresos siguen siendo conservadoras.

Aunque la regulación del sistema de finanzas abiertas (open finance) en México permanece estancada desde hace varios años, la fintech Belvo, especializada en este segmento, continúa apostando por el país.

La firma ha encontrado una oportunidad clave en el uso de datos alternativos para mejorar el acceso al crédito, un recurso que consideran con potencial en el ecosistema financiero mexicano.

Con seis años de operaciones en el país, Belvo comentó a El Economista que México representa 60% de su negocio, mientras que 40% restante proviene de Brasil, un país donde el modelo de open finance ya cuenta con un marco regulatorio y opera de manera más avanzada.

Esta apuesta cobra relevancia en un contexto en el que el número de fintech que identifican al open finance como su modelo principal de negocio disminuyó del 2023 al 2024.

Según un estudio de Finnosummit, las empresas que siguen activas en este nicho son ahora más especializadas, con infraestructura más robusta y mayor capacidad operativa, lo que les permite sostenerse a largo plazo.

El mismo estudio revela que las perspectivas de ingresos en el sector siguen siendo conservadoras en comparación con otros segmentos fintech. Esto se debe, en gran parte, a la ausencia de un marco regulatorio secundario que impulse definitivamente las finanzas abiertas, a pesar de que la Ley Fintech, promulgada en el 2018, marcó un primer paso y ha tenido algunos avances en la discusión.

Pese al panorama incierto, Belvo recibió recientemente 15 millones de dólares en una nueva ronda de financiamiento, con el objetivo de fortalecer su presencia en el país. La firma se ha especializado en integrar información proveniente del Servicio de Administración Tributaria (SAT) y del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), dos fuentes clave de datos alternativos. Esto le permite a las entidades financieras, principalmente de crédito, mejorar la evaluación del riesgo de los usuarios y facilitar así el acceso a financiamiento.

“Vemos el impacto del Open Finance en la economía mexicana a través del uso de datos alternativos. Contar con información del SAT y del IMSS está ayudando a mejorar los procesos de otorgamiento de crédito”, señaló Federica Gregorini, gerente general de Belvo en México.

La tecnológica colabora con Sofipos, Sofomes y bancos, pero reconoció que aproximadamente 80% de sus clientes actuales son entidades especializadas en el crédito.

En ese sentido, el estudio de Finnosummit destaca que la tecnología de open finance se ha consolidado como un pilar del ecosistema financiero mexicano: casi 60% de las fintech en el país afirmaron haberla integrado en sus modelos de negocio en el 2024.

“Hemos identificado un mercado muy sólido para los datos alternativos y para la domiciliación de pagos. Nuestro objetivo es seguir creciendo y, en paralelo, integrar Inteligencia Artificial en nuestras operaciones diarias para generar nuevos insights a partir de los datos que ya recopilamos”, señaló Gregorini.