El anuncio se produce en un momento en que el gobierno brasileño planea construir nuevas centrales nucleares en las próximas décadas, al mismo tiempo que busca permitir la reanudación de las obras en la planta atómica Angra 3.
Sao Paulo. La subsidiaria de energía nuclear de Eletrobras firmará una carta de intención con el estadounidense Westinghouse este lunes, dijo el Ministerio de Minas y Energía, sin detallar los términos del acuerdo.
El anuncio se produce en un momento en que el gobierno brasileño planea construir nuevas centrales nucleares en las próximas décadas, al mismo tiempo que busca permitir la reanudación de las obras en la planta atómica Angra 3 en el estado de Río de Janeiro, que se paralizaron a fines de 2015.
La carta de intención entre la compañía estadounidense y Eletrobras Eletronuclear se sellará durante un foro al que asistirá el Secretario de Energía de Estados Unidos, Dan Brouillette.
"El evento es una iniciativa para promover la seguridad, el comercio y la inversión en energía entre los dos países", afirmó la cartera de Minas y Energia. La agenda incluirá "reuniones del gobierno y del sector privado".
Los brasileños tienen la intención de discutir la cooperación con Estados Unidos con un enfoque en las áreas de petróleo y gas, energía nuclear y electricidad/eficiencia energética, agregó el ministerio.
En abril del año pasado, el ministro brasileño, Bento Albuquerque, dijo a Reuters que Westinghouse expresó interés en evaluar la posible participación en la reanudación de Angra 3.
En octubre, el presidente de Eletrobras Eletronuclear, Leonam Guimarães, confirmó el interés de los estadounidenses, pero dijo a Reuters que el Rosatom ruso, el FED francés y el CNCC chino eran las empresas con mayor apetito por el proyecto.
Nuclear en Brasil. Comenzó en la década de 1980, la implementación de Angra 3 se detuvo en esa década y se reanudó bajo la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva en 2009. Pero el proyecto se suspendió nuevamente en 2015, después de que uno de las empresas contratadas para el trabajo admitiera irregularidades en medio de la Operación Lava Jato, que descubrió un gran escándalo de corrupción en Brasil.
El gobierno y Eletrobras han considerado que la atracción de un nuevo inversor hacia la planta de energía nuclear es esencial para hacer viable la conclusión de la planta, que aún debería exigir más de 15.000 millones de reales (US$3.500 millones).
En medio de las dificultades para avanzar con Angra 3 y debido al desastre nuclear en Fukushima en Japón, Brasil ha dejado de discutir nuevos proyectos nucleares en los últimos años, pero la administración del presidente Jair Bolsonaro ha retomado el tema.
El ministro Bento Albuquerque, quien antes de asumir la cartera de Minas y Energía era director general de Desarrollo Nuclear y Tecnológico de la Armada, prometió devolver la fuente a la planificación a largo plazo del país.
El secretario de Planificación y Desarrollo del Ministerio, Reive Barros, dijo en septiembre pasado que un plan a largo plazo para el sector energético, hasta 2050, debería indicar la posible construcción de nuevas plantas de energía desde la fuente que podrían sumar 6,6 gigavatios en capacidad.
