Tres décadas después, los "topos" vuelven a los escombros en su natal Ciudad de México
Ciudad de México. Bajo el amparo de la Virgen de Guadalupe, Miguel Ángel Gómez salió apresurado el martes al enterarse de la devastación dejada por el terremoto que azotó México cobrando 233 vidas y provocando montañas de escombros en la capital y otras ciudades.
El ingeniero en sistemas es voluntario en la agrupación Topos, nacida espontáneamente hace 32 años de un puñado de civiles que salieron a la calles del Distrito Federal cuando fue sacudido por un poderoso sismo que dejó miles de muertos y puso de relieve la falta de un organismo de emergencia en el país.