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Con Venezuela sacudida por la crisis, el gobierno de Trump presiona con una dureza inesperada
Viernes, Enero 25, 2019 - 07:27

Funcionarios como Mike Pence, John Bolton y el asesor de la Casa Blanca para América Latina, Mauricio Claver-Carone, hicieron una serie de llamadas a los líderes latinoamericanos para asegurarse de que muchos de ellos se unirían a Trump para reconocer a Guaidó.

Washington. Cuando en un discurso en noviembre el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos John Bolton calificó a Venezuela como parte de una "troika de la tiranía" hemisférica, el Gobierno de Donald Trump no había decidido qué tan lejos ir para enfrentar al presidente socialista del país sudamericano, Nicolás Maduro.

Pero lo que ha tomado forma en los últimos días es un enfoque mucho más agresivo basado en el respaldo de Trump al líder opositor Juan Guaidó y reforzado por una respuesta diplomática coordinada con muchos vecinos de Venezuela, que rápidamente siguieron su ejemplo al retirar el reconocimiento a Maduro.

La postura mucho más dura por parte de Washington es impulsada por algunos asesores de la Casa Blanca liderados por Bolton, por el profundo compromiso del vicepresidente Mike Pence con la situación, un impulso de legisladores contra Maduro y la llegada de presidentes de derecha afines a Brasil y Colombia, de acuerdo a personas familiarizadas con el tema.

Este miércoles, Guaidó se autoproclamó presidente encargado de Venezuela ante cientos de miles de simpatizantes demandando la salida de Maduro, quien asumió su segundo mandato el 10 de enero y denunció el hecho como un golpe de Estado.

La decisión de Washington de respaldar a Guaidó, un virtual desconocido en la política venezolana hasta hace poco, se produjo tras el convencimiento de que el opositor de 35 años, educado en Estados Unidos, es un líder democrático en el que podían confiar y con quien trabajar, dijeron las fuentes.

Esa fue la conclusión extraída de los contactos de Estados Unidos con Guaidó antes de su autoproclamación, incluidas dos llamadas telefónicas de Pence, dijeron los funcionarios, que pidieron permanecer en el anonimato debido a la sensibilidad de la situación.

En la segunda llamada de Pence, que según un funcionario de la Casa Blanca se mantuvo en secreto por razones de seguridad, el vicepresidente le expresó a Guaidó: "Estamos orando por ti, Estados Unidos está contigo. Admiramos tu valentía".

"La posición de Estados Unidos fue que Guaidó debía tener respaldo constitucional", agregó el funcionario.

La constitucionalidad de la decisión de Guaidó no está clara. La Carta Magna de Venezuela dice que si se determina que la presidencia está vacante se deben convocar nuevas elecciones dentro de 30 días y que el jefe del Congreso debe asumir la magistratura en ese periodo.

Si bien el resultado del proceso sigue siendo incierto y los riesgos son altos, el manejo de la situación por parte de Trump ha contrastado con su enfoque más caótico en algunas otras decisiones importantes de política exterior, como Irán y Siria. En general ha consultado con sus asesores y ha evitado antagonizar a aliados regionales que necesitan su apoyo.

 

Funcionarios como Pence, Bolton y el asesor de la Casa Blanca para América Latina, Mauricio Claver-Carone, hicieron una serie de llamadas a los líderes latinoamericanos antes del anuncio para asegurarse de que muchos de ellos se unirían a Trump para reconocer a Guaidó.

Luis Almagro, presidente de la Organización de los Estados Americanos; Carlos Trujillo, embajador de Estados Unidos ante la OEA; y otros altos funcionarios del Departamento de Estado también ayudaron a recabar el apoyo diplomático de América Latina, dijeron los funcionarios.

Por ahora se mantienen las dudas sobre cómo Estados Unidos y otros países tratarán ahora con las finanzas y los diplomáticos del gobierno de Maduro y cómo se desarrollarán los eventos dentro de Venezuela si el líder socialista mantiene el apoyo de los militares.

Línea dura. Hasta el momento, Trump no ha tomado medidas económicas más severas -como imponer sanciones al vital sector petrolero de Venezuela-, pero incluso eso está bajo consideración si Maduro reprime con dureza a la oposición, sostuvieron fuentes.

Una intervención militar se considera en Washington como una opción desagradable e improbable. Sin embargo, Trump ha tomado una línea cada vez más dura con Venezuela desde que asumió el poder, imponiendo cada vez más sanciones. Dentro del Gobierno hay una creciente frustración porque se cree que se debería haber hecho más.

El senador Marco Rubio habría desempeñado un papel importante al convencer a los republicanos de aumentar la presión sobre Maduro, recordándole sutilmente la importancia del voto cubano-estadounidense en el estado de Florida.

 

"Los instintos del presidente siempre han sido tomar las acciones más fuertes posibles (contra Venezuela) sin socavar la cohesión de este enfoque multilateral", dijo Rubio a Reuters.

Bolton, conocido por sus duras opiniones sobre la izquierda latinoamericana, se reunió a fines de noviembre con el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, y discutió cómo el líder de extrema derecha podría cooperar con Estados Unidos para presionar a Venezuela. El gigante sudamericano fue uno de los primeros países en reconocer a Guaidó.

Un funcionario de alto rango, que habló bajo condición de anonimato, dijo que en Washington hubo preocupación por la posibilidad de que, al reconocer a Guaidó, Estados Unidos dividiera a la región, especialmente porque el nuevo gobierno de izquierda de México apoya a Maduro.

Aunque reconoció que los esfuerzos de mediación habían fracasado, el funcionario agregó que también preocupa el hecho de que, mientras las fuerzas armadas venezolanas apoyen a Maduro, poco cambiará.

Autores

Reuters