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Familiares de mormones masacrados quedan en medio de disputa por plan de Trump para cárteles mexicanos
Viernes, Noviembre 29, 2019 - 10:17

El fin de semana, integrantes de la familia LeBarón presentaron una propuesta, a través del portal de la Casa Blanca, para que los cárteles mexicanos sean declarados terroristas.

Ciudad de México.- La propuesta de Donald Trump de designar a los cárteles mexicanos de la droga como grupos terroristas ha generado un intenso debate en México, que ha dejado en el medio a miembros de una comunidad de mormones estadounidenses cuyos familiares fueron acribillados en el norte del país.

El fin de semana, integrantes de la familia LeBarón presentaron una propuesta, a través del portal de la Casa Blanca, para que los cárteles mexicanos sean declarados terroristas. A pesar de que sólo se han recabado menos del 2% de los apoyos necesarios para “obtener una respuesta” de Washington, Trump dijo el martes que ya estaba trabajando en esta designación. 

Tras conocerse la propuesta, usuarios de redes sociales se volcaron contra la familia, al calificar la petición como un acto de traición a la patria y considerar esta acción como un pretexto para que Estados Unidos pueda realizar operaciones de seguridad en México, vulnerando la soberanía del país.

“Estos ataques no nos van a detener. Es una bajeza y un insulto que quieran de esta forma desviar la atención en lugar de exigir cooperación de ambas naciones a corto plazo. No es solamente por nosotros, es por los miles de mexicanos que sufren la violencia”, dijo a Reuters Alex LeBarón, familiar de las tres mujeres y seis niños asesinados a principios de noviembre.

“Realmente desconocíamos los alcances que podría tener la solicitud. El anuncio del presidente de Estados Unidos fue totalmente inesperado”, agregó vía telefónica desde su vivienda en el norteño estado Chihuahua.

Analistas han dicho que la calificación de terroristas para los cárteles mexicanos abre la puerta a que Estados Unidos pueda hacer uso de la fuerza militar para interrumpir, desmantelar y destruir su infraestructura en el extranjero. Esta posibilidad, aún remota, hizo reaccionar a muchos en redes sociales.

“Traidores miserables, los recibimos cuando nadie los quería y ahora piden una invasión. #LebaronTraidoresDeLaPatria #FueraLeBarondeMexico”, escribió en Twitter la usuaria @Zulemal92232954 en respuesta a una publicación de Alex LeBarón.

Nada que agradecer. La pequeña comunidad La Mora, en el norteño estado Sonora, donde por décadas han vivido las familias LeBarón, Miller y Langford, está de luto. Las casas que cada Día de Acción de Gracias abrían sus puertas a lugareños, ahora lucen abandonadas.

“Este era el día más importante para su comunidad y la nuestra. Todos ellos se juntaban pero este año no”, lamentó Guadalupe Retana, una mujer que por años trabajó con las familias en La Mora.

Retana dijo que extrañarán las obras de teatro, musicales, venta de varias cosas, baile y la cena en donde ellos trabajaban obteniendo mayores ganancias que en un día normal. “Esto es difícil para ellos y para nosotros, pero entendemos el dolor de las familias”, opinó vía telefónica.

Mientras tanto, familiares y amigos de las víctimas se preparaban para unirse el domingo a una marcha en Ciudad de México para protestar en contra de la inseguridad que vive el país. Ese mismo día, en un evento masivo, el presidente Andrés Manuel López Obrador celebrará su primer año de mandato.

La marcha, dijo LeBarón, se realizará en solidaridad con “familias de todos los mexicanos que han sido secuestrados, desaparecidos y asesinados por manos de criminales”.

La masacre de la comunidad mormona no sólo causó indignación dentro y fuera de México, también logró evidenciar los graves problemas de inseguridad que prevalecen en el país, enfrascado en una guerra entre la fuerza pública y grupos del crimen organizado que ha dejado decenas de miles de muertos.

“La gente tiene terror de los terroristas que no están catalogados como tal pero que ya lo son aun sin ser declarados”, dijo a Reuters Kenneth Miller, quien perdió a su nuera y cuatro nietos durante la emboscada.

Autores

Reuters