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2017: preparándonos para el futuro del trabajo
Jue, 09/02/2017 - 09:37

Carmen Pagés

Países exitosos: la formación no acaba al salir de la escuela
Carmen Pagés

Carmen Pagés-Serra es la Jefa de la Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En forma previa a esta labor, Carmen se desempeñó como economista principal en el Departamento de Investigación del BID, donde lideró importantes publicaciones tales como La Era de la Productividad: Cómo transformar las economías desde sus cimientos, las últimas ediciones de la publicación insignia anual del Banco, el Desarrollo en las Americas (DIA). Carmen es también autora del libro Ley y Empleo: Lecciones de América Latina y el Caribe, escrito conjuntamente con el Premio Nobel Prof. James Heckman, así como de dos libros adicionales (Se Buscan Buenos Empleos: Los mercados laborales en América Latina y La Creación de Empleos en América Latina y el Caribe: Tendencias recientes y los retos políticos). Carmen ha publicado extensamente en revistas académicas y de política líderes en las áreas de mercados laborales, seguridad social y productividad. Antes de formar parte del BID, Carmen se desempeñó desde el 2004 hasta el 2006 como economista senior en temas laborales en el Banco Mundial. Carmen cuenta con una Maestría en Economía de la Universidad Autónoma de Barcelona y un Doctorado en Economía de la Universidad de Boston.

El año 2016 fue un año lleno de sorpresas, entre ellas el Brexit y los resultados de las elecciones en EE.UU. Estos eventos han sido en parte producto del malestar de muchas personas que perdieron su empleo y sus perspectivas de vida como resultado de la globalización y la automatización de la producción. Estos mismos acontecimientos han puesto de manifiesto, de forma cruda, que lo que ocurre en el mercado de trabajo importa, e importa mucho. Para la mayoría de nosotros, el trabajo es la principal fuente de ingreso. Pero aún más importante, el trabajo nos define. En EE.UU., donde vivo, la primera pregunta que te hace una persona cuando te conoce es "¿a qué te dedicas?". Por ello, los acontecimientos que afecten a nuestros estatus laboral serán cruciales, no sólo para nuestro bienestar material, sino para nuestra identidad.

En América Latina y el Caribe, estos procesos no se han manifestado aún. En buena parte porque la región se ha beneficiado de precios altos de los commodities que han favorecido una mejora de los mercados de trabajo, particularmente para los menos calificados. Pero ahora que el boom ha llegado a su fin es muy probable que las tendencias que afectan al mundo desarrollado empiecen también a sentirse en la región, particularmente en lo que refiere a la automatización. Por ello es importante que los países y las personas se preparen y no dejen que estos cambios les tomen por sorpresa y sin plan.

Si la historia nos sirve de guía, la automatización no llevará necesariamente a una caída en la proporción de las personas que trabajan, sino a una transformación de los empleos, con muchos trabajos -particularmente los más rutinarios- que se destruirán y otros muchos empleos completamente nuevos, muchos aun inimaginables, que se irán creando. Por ello, una manera de prepararnos para este nuevo entorno es preservar nuestra empleabilidad a partir de formarnos en aquellas competencias y habilidades cuya demanda está subiendo. ¿Pero cuáles son? Algunas son bastante obvias: es importante invertir en mejorar nuestras competencias digitales, es decir, la capacidad de codificar, de gestionar redes sociales con visión comercial, de trabajar de manera virtual en plataformas digitales, o la de analizar “big data”, es decir de hacer sentido y sacar información relevante de la enorme cantidad de datos que se produce todos los días en las redes sociales y en internet.

Otras habilidades en ascenso son las competencias sociales, es decir la capacidad de manejar emociones, lo que hoy por hoy es nuestra ventaja en relación a los robots. Así por ejemplo, si bien dentro de poco será común que la inteligencia artificial diagnostique nuestras enfermedades de manera mucho más eficiente que el mejor doctor, seguiremos queriendo que nuestros médicos o aquellos que nos atiendan sean humanos con la empatía para manejar nuestras emociones. También las competencias de liderazgo, de persistencia ante la adversidad, la iniciativa y la responsabilidad son ya hoy en día determinantes del éxito en el mercado laboral, y su importancia irá aumentando en el tiempo, a medida que los robots sustituyan las partes más mecánicas y repetitivas de nuestro trabajo. Instalar mejores barómetros para determinar qué habilidades están al alza y cuáles ya no, será también una parte esencial de esta respuesta por parte de los países, como se explica en esta entrada anterior.

Este año que empieza hemos de comenzar a invertir en nuestro futuro; como personas y como países; o si no el año 2017 y los venideros pueden estar llenos de sorpresas, pero esta vez incluso más cercanas a nuestro mundo.

*Esta columna fue publicada originalmente en el blog Factor Trabajo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

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