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¿Cómo está tu ciudad? Los indicadores de calidad de vida urbana
Lun, 09/12/2013 - 08:49

Sebastián Lew

El parque lineal más largo del mundo
Sebastián Lew

Sebastián Lew, nacido en la Patagonia Argentina, es Analista de Planificación Urbana del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Actualmente, es miembro del equipo coordinador de la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES) en Washington, DC y está cursando el doctorado en ‘Urban Planning and Policy’ de la Universidad de Illinois en Chicago (UIC). Sebastián tiene experiencia profesional tanto en el sector privado como en el público, a nivel local y nacional. Antes de su ingreso al BID, se desempeñó como Coordinador de Proyectos de Desarrollo Territorial en la ‘Fundación de Investigaciones Económicas y Sociales’ (FINES), en Buenos Aires, Argentina, donde trabajó en el proyecto ‘Golfo San Jorge Hacia un Territorio Inteligente’. Previamente se graduó con una Licenciatura en Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y con una Maestría en ‘Globalisation and Development’, en el Departamento de Política y Estudios Internacionales (PAIS) de la Universidad de Warwick, en el Reino Unido. Asimismo, cuenta con estudios y experiencia profesional en sistemas de información geográfica (SIG) y análisis geoespacial.

“La ciudad cuantificada es construida en base a datos, no obstante en última instancia recae en la comunicación. Usa los números como un vehículo para promover conversaciones. ¿Hacia donde van nuestras ciudades? ¿Qué necesitamos? ¿Cómo deberíamos asignar nuestros recursos?”

Estas preguntas que plantea David Sasaki -en un muy recomendable post sobre ‘ciudades inteligentes’ vs ‘ciudadanos inteligentes’- me llevaron a preguntarme sobre cómo contribuye la metodología de la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES) a esta idea de la ‘ciudad cuantificada’.

La metodología ICES ha desarrollado un sistema de 120 indicadores agrupados en 23 temas que nos aportan información sobre tres dimensiones claves de sostenibilidad en las ciudades: Ambiental, Urbana y Fiscal. Esta herramienta nos permite identificar rápidamente problemáticas urbanas, clasificando a cada indicador en tres categorías: “verde” (sostenible, buen desempeño), “amarillo” (desempeño potencialmente problemático) o “rojo” (no sostenible, desempeño altamente problemático).

El análisis multisectorial de indicadores es, no obstante, sólo el punto de partida en la metodología ICES.   Es la base que luego nos ayuda a identificar áreas de intervención y acciones de corto, mediano y largo plazo a desarrollar en el territorio.

Días atrás presentamos los resultados preliminares de la aplicación del sistema de indicadores ICES en el área metropolitana de Asunción, Paraguay. Esta conurbación agrupa a once municipios  y concentra alrededor de 2,2 millones de personas que representan más del 33% de la población nacional. Lamentablemente, mi presentación no estuvo caracterizada por las buenas noticias: el 44% de los indicadores que recolectamos en el Gran Asunción están en rojo, el 20% en amarillo y sólo el 26% en verde.

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Los indicadores en rojo y amarillo muestran temas críticos para la sostenibilidad urbana del Gran Asunción en áreas tales como saneamiento, residuos sólidos, transporte, pobreza o vulnerabilidad a desastres naturales, entre otras.  Por ejemplo, sólo el 22% de la población metropolitana cuenta con servicios de alcantarillado sanitario, muy por debajo del mínimo de referencia del 75% necesario para ubicar al indicador en categoría “verde”. Sólo el 4% de las aguas residuales colectadas reciben un tratamiento adecuado, mientras que el resto es descargada directamente al río Paraguay y a los arroyos urbanos, con el consecuente impacto sobre el medio ambiente y la salud de la población.

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Muchos de los problemas socioambientales identificados mediante los indicadores ICES han sido agravados por el acelerado crecimiento demográfico, la especulación inmobiliaria y la falta de planificación, regulación y control. En ese sentido, el indicador de densidad urbana en Gran Asunción (32 habitantes por hectárea) refleja una configuración de ciudad dispersa y fragmentada. Esto implica problemas de movilidad (recorrer grandes distancias para ir a trabajar o estudiar), mayor contaminación atmosférica y mayores costos para la provisión de servicios públicos, entre otros factores que impactan en la calidad de vida urbana.

Pero no todo son malas noticias en el área metropolitana de Asunción. Por el contrario, hay motivos para ser optimistas. Con el Plan Estratégico Metropolitano de Asunción (PEMA), actualmente en funcionamiento, esta gran metrópolis está desarrollando una visión de ciudad más inclusiva y sostenible, así como las herramientas para plasmarla en la realidad.  Por otro lado, el Congreso Nacional acaba de aprobar el proyecto de Metrobus eléctrico, un sistema integrado de transporte público que mejorará la movilidad urbana a miles de usuarios, desalentando el uso del vehículo privado y reduciendo los niveles de congestión. El proyecto, parcialmente financiado por el BID, contempla además la restauración del casco urbano de la capital y reforzará otras iniciativas de regeneración urbana ya en marcha como la obra de la franja costera y el proyecto de la Ciudadela Cultural, que busca recuperar el centro histórico de Asunción.

Aún más esperanzadora resulta la existencia en el Gran Asunción de una sociedad civil cada vez más comprometida con su futuro. De hecho, la participación activa de los ciudadanos ha sido clave para la puesta en marcha de varios de los proyectos mencionados. Fue la sociedad civil la que, por ejemplo, desarrolló una ocupación pacífica y lúdica de la zona del puerto para recuperar e integrar esa área olvidada de la ciudad.

En ese sentido, desde la ICES apuntamos a construir sobre esta idea de ‘urbanismo participativo’, promoviendo la apropiación del sistema de indicadores por parte de la ciudad. El conocimiento que éstos aportan resulta esencial para promover el diálogo, la participación ciudadana, la transparencia, así como la definición de metas claras y medibles de desarrollo urbano por parte de los gobiernos locales. Para ello trabajaremos apoyando a los gobiernos pero también a las iniciativas de la sociedad civil que ya están desarrollandose, como la ‘Red Paraguaya de Ciudades Sustentables’. En definitiva, deseamos que los números sirvan como vehículo para promover conversaciones constructivas y cambios positivos en las ciudades.

*Esta columna fue publicada originalmente en el blog Ciudades Emergentes y Sostenibles del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

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