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De la samba al tango
Jue, 21/06/2012 - 17:04

Alicia Salgado

ACE 55: ¡no llores por mí, Argentina!
Alicia Salgado

Alicia Salgado es periodista mexicana, especializada en finanzas y columnista habitual de Excelsior.com.mx.

La habilidad que demostró el presidente Felipe Calderón como negociador en el G20 sorprendió a varios de sus homólogos y aunque lo intentó directamente, no logró convencer a Dilma Rousseff y Cristina Fernández, las presidentas de Brasil y Argentina, respectivamente, para que suscribieran el compromiso de ampliar el stand still que se inició en 2008 para no levantar barreras proteccionistas al comercio y la inversión sino hasta 2014.

Evidentemente, la situación de ambas economías no está para concesiones, pero también es explicable la decisión de no votar con los otros 18 países con el compromiso de no aplicar restricciones al comercio exterior o medidas que estimulen exportaciones de manera artificial.

El compromiso incluye el notificar en tiempo y forma cualquier medida restrictiva en materia de comercio e inversión, lo que veladamente compromete a respetar acuerdos. ¿Recuerda el ACE?

Empero y, para su descargo, el argumento que puso Dilma sobre la mesa es válido, porque usted sabe que los europeos aplican casi US$50 mil millones por año en subsidios a la agricultura y al mismo tiempo, se han negado consistentemente a retomar el tema en la alargadísima Ronda de Doha de la OMC.

Ahora, que de Cristina ni hablar. La situación de Argentina es crítica, pues con inflación de doble dígito y cuestionadas las estadísticas nacionales que levanta por el FMI, ha elegido retomar la eterna disputa sobre Las Malvinas contra Gran Bretaña, como un elemento de defensa natural a la insensatez económica de su administración. De ahí que el tango sea malvino.

Eso explica no sólo la fuerte crítica expresada por el primer ministro inglés, David Cameron en el B20 en Los Cabos, sino la inusual manera de subrayar ayer –durante el almuerzo que tuvo con el presidente Felipe Calderón– al grado del “palerismo incómodo” a nuestro país.

Es cierto que México ha mejorado sustancialmente su capacidad de negociación por el cumplimiento de compromisos, apertura de su mercado y mejora en competitividad, pero eso de “A ver, díganme algo: ¿Qué país es la mayor nación comerciante en América Latina, y que se espera que se convierta en una de las principales cinco potencias económicas en 2050?... Brasil, Argentina. No. Es México”, se inscribe en la fuerte confrontación que traen los ingleses con los dos países que le comento.

Brasil también no baila mal su samba. Hoy está interponiendo su primera disputa en la OMC contra Sudáfrica –el chiquito de los Brics– por la subida de aranceles a las exportaciones de mango y, mientras reclama airadamente allá, mueve los impuestos a la inversión o elimina controles a las mismas a su antojo para paliar la pérdida de competitividad.

Si a eso añade la fuerte crítica de organizaciones no gubernamentales y de la Unión Europea a la declaración de Río+20 que fue considerada un fracaso y poco ambiciosa, mientras llueven elogios por doquier, y comparaciones de todo tipo subrayando el falling star de Brasil y el regreso a las primeras potencias del mundo de México, entiende por qué la competencia global por mercados que muestran estabilidad con crecimiento y negocian las reglas para jugar en el siglo XXI se vuelven críticas en este cierre de sexenio.

Ayer la USTR de Estados Unidos anunció que pronto iniciaría negociaciones de Libre Comercio con Europa y, en estas condiciones, Cameron –que es europeo cuando quiere o sólo inglés cuando le conviene– subrayó la relación pasada cuando la presente tiene mucho de futbol y HSBC de Luis Peña, pero poco de atracción por lo cara que es la libra.

Por lo pronto, Luis Téllez, presidente de la BMV que ha sido un impulsor nato de la relación con Gran Bretaña, le organizó un desayuno en el balcón del piso de remates electrónico al primer ministro con Luis Peña de HSBC, Bernardo Quintana de ICA, Antonio del Valle de Mexichem, Laura Diez Barroso y Fernando Chico Pardo de Asur, Manuel Saba de Casa Saba, Juan Gallardo Thurlow de GEUSA, Claudio X. González de Kimberly Clark, Roberto González Barrera de Gruma y Julio Serrano de Metrored.

De Fondos a Fondo. Generará polémica y sorprenderá en serio la propuesta que fue revisada por el mismísimo César Alierta, presidente de Telefónica, que estuvo en el B20 en primera fila –en su calidad de presidente del Consejo Consultivo de la ICC– en la reunión de Los Cabos.

Será Juan Abellán, director general en México, quien la presente, pero la Nueva Movistar, es una propuesta que sí generará competencia en el mercado porque toma la decisión de ejecutar en su propia red, todas las cosas que le ha pedido a la Cofetel que preside Mony de Swaan y que, por ausencia de una declaración de dominancia contra las dos principales filiales de América Móvil en México, no se ejecutan.

La oferta por segundo es de 0,06, sea para llamar a fijo o móvil y los usuarios pagan los segundos que consuman en una llamada, además de que podrán contar con dos números gratis, uno a cualquier operador móvil o fijo nacional y el segundo a un número Movistar y, en planes van hasta por los números fijos de las casas con un agresivo plan de portabilidad. ¿Lógico, no?

México es un mercado en crecimiento, subdigitalizado, con mucho prepago, y con un operador como América Móvil de Daniel Hajj que está detenido por decisión regulatoria para integrar servicios, además de limitado por decisión propia para invertir en redes que no se caigan y líneas fijas que den servicio de internet adecuado. Cobra caro, cada vez da menos.

Piense si no: Su plan comercial elimina cobros de larga distancia nacional pues de facto su red tendrá una sola ASL, la de México y homologa el costo de las llamadas hacia Estados Unidos y Canadá; empaqueta servicios integrales fijo-móvil-datos, ofrece llamadas gratis con tarifas cobradas por segundo y transparenta gastos de cobranza a clientes, regala dos llamadas gratis on net y off net y de pilón ¡cobra por segundo!

En mi humilde opinión, esta es la apuesta más agresiva que para el mercado mexicano y lo hace justo cuando tiene lista la red móvil y completamente iluminado el backbone, pero lo interesante es que la nueva Movistar demuestra que no necesita del regulador para competir.

*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com.mx

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