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El futuro de Internet a debate en la UE
Vie, 06/07/2018 - 09:46

Martin Muno

No seamos ingenuos, el "Sistema Blatter" implica a más gente
Martin Muno

Martin Muno es redactor de Deutsche Welle.

Cuando las organizaciones de derechos civiles, los activistas de las redes sociales junto con el inventor de la World Wide Web, Tim Berners-Lee, el cofundador de Wikipedia, Jimmy Wales, y otros representantes del sector cultural de las redes sociales protestan contra un proyecto de ley planeado por la UE, los usuarios de Internet deberían prestar especial atención al tema. Si a estas protestas se sigue sumando una ilustre coalición de empresas de Internet (representada por la asociación industrial Bitcom), el gigante de Internet Google, científicos de toda Europa y finalmente la responsable de Digitalización del Gobierno Federal, la política Dorothee Bär, es que hay un peligro inminente. Y si Bär dice estar preocupada por la sociedad civil debido a dicho proyecto de ley, entonces deberían saltar todas las alarmas.

¿De qué se trata? El Parlamento Europeo propuso un proyecto de ley sobre la reforma del derecho de autor. Dos puntos, sobre todo, son muy controvertidos: por un lado, plataformas como YouTube no podrían mostrar en sus resultados de búsqueda títulos o pequeños extractos de textos de prensa sin permiso. El objetivo es que los autores o editores de artículos como creadores de servicios intelectuales, por ejemplo de artículos, sean copartícipes de los ingresos publicitarios de Google. En sí se trata de una buena idea, pero no funciona. En España, por ejemplo, se introdujo una ley similar. Google canceló su servicio de "Google News" para evitar dichos pagos. El resultado: la cifra de visitas de los medios de comunicación españoles descendió enormemente y, por consiguiente, sus ingresos publicitarios.

Primero el filtro, luego la censura

Aún más dramático es el plan de instalar filtros de descarga para responsabilizar más a las plataformas. Con estos filtros se verifica, durante la descarga, si los contenidos están protegidos por derechos de autor. Con dichos filtros no solo se bloquean las infracciones graves, sino también las cosas que divierten a millones de usuarios todos los días, como los memes. Por ejemplo, el jugador brasileño Neymar rodando por el suelo también desaparecería de la red, al igual que los gifs de clips de películas. Incluso Wikipedia dio la señal de alarma, porque su archivo multimedia podría ser víctima de dichos filtros.

De acuerdo, se puede argumentar que todo esto es aceptable. Pero hay dos objeciones más serias contra el filtro de descarga. La más grave: con estos filtros, en última instancia, los proveedores y las plataformas deciden lo que vemos y no vemos en Internet. Y una vez se hayan filtrado técnicamente las infracciones de derechos de autor, entonces el siguiente paso podría ser la censura política. ¿Inconcebible? En China, Google ha trabajado temporalmente con las autoridades locales de censura para no poner en peligro su presencia allí. Técnicamente no resultó ser un problema.

Google y los grandes de Internet, más fuertes

El último argumento contra el filtro de descarga es que las plataformas pequeñas no pueden permitirse recursos técnicamente tan complejos. El sistema más utilizado es Content ID. Y, ¿de quién proviene? Exacto, de Google. Con los filtros de descarga, las grandes empresas saldrán más favorecidas y no debilitadas, como realmente pretendía el borrador del nuevo copyright de la UE.

Que el Parlamento de la UE haya parado esta locura, es una buena noticia. Pero la ley sigue sobre la mesa de negociaciones. Se espera que en septiembre, el Parlamento vuelva a  estudiar el borrador y decida modificarlo. Los cambios, sobre todo, deberían ser sustanciales y no solo estéticos en torno a los derechos afines y la obligación de usar filtros de descarga.

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