Las coberturas del Mundial de Fútbol de Brasil 2014 se iniciaron con los equipos de prensa desplegados por las distintas ciudades sedes del país. Sumada a las playas, los hinchas, los trajes de baño, el baile y la vida nocturna, una de las imágenes más reiteradas de las transmisiones ha sido la gran cantidad de detalles inconclusos en la organización de este evento. Con la competencia ya en marcha es un hecho que la infraestructura de Brasil no ha estado del todo a la altura. Las promesas de aeropuertos, carreteras, estadios y cientos de obras civiles no se cumplieron completamente.

Sin embargo, a estos importantes aspectos en la organización de una competencia como esta debemos sumarle uno más: la infraestructura tecnológica. El desafío era gigante. Se trata del mundial en que existe la mayor cantidad de smartphones del mundo y en el que se registrará el mayor tráfico de internet.

A los más de 272 millones de líneas móviles activas en Brasil, se sumaron desde el jueves 12 otros tres millones, correspondientes a las de los turistas que llegaron a seguir las instancias del Mundial.

Además, como reveló Cisco recientemente, se prevé que la transmisión de vídeo del Mundial 2014 genere 4,3 exabytes de tráfico IP, tres veces más la cantidad mensual actualmente generada por Brasil. A eso debemos sumarle la gran cantidad de material que se rescatará por parte de la prensa, los enviados especiales, hinchas asistentes al estadio y los seguidores de la competencia en general desde sus casas. Fotografías, selfies, textos y streaming formarán parte de la ornamentación emocional de este magno evento. Pero, ¿se podrá?

Lamentablemente, según informó el ministro de Comunicaciones, Paulo Bernardo Silva, los aficionados que asistan a la Copa Mundial no podrán usar el internet móvil en dos estadios y tendrán problemas de conexión en cuatro más. Los estadios de Curitiba y Sao Paulo no tendrán acceso a redes 3G y 4G, debido al retraso generalizado de las obras. 

Como mencionaba uno de los expertos en la materia, las redes de telecomunicaciones y tecnología son lo último en instalarse, luego del término de la obra gruesa del recinto, la cual en este caso, a duras penas, se concretó.

Más allá de la imposibilidad que tendrán muchos hinchas o enviados especiales de prensa para comunicarse durante el evento y de compartir contenido y su experiencia en tiempo real por las redes sociales, el diagnóstico puede revelar algo peor, incluso para todo América Latina. Porque el Mundial de Fútbol representaba el escenario ideal para que Brasil (y Latinoamérica) luciera una cobertura tecnológica como nunca antes. 

Los ojos del mundo y la creciente demanda tecnológica de las personas hacían de éste un escenario perfecto para que las grandes compañías comprobaran cómo nuestra región se dispone para recibir inversiones, servicios e infraestructura de primer nivel, y ver cómo las autoridades se comprometen y cumplen los proyectos definidos, abriendo la puerta a un entorno confiable para brindar más y mejores servicios. 

Habrá que hacer fuerzas conjuntas, entonces, para que esa puerta no se cierre y nuestras redes se expandan de cara al mundo.