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¿Necesitamos una The Big Bang Theory latinoamericana?
Vie, 09/05/2014 - 12:25

Héctor Cancino Salas

El camino hacia una Colombia digital
Héctor Cancino Salas

Héctor Cancino Salas es periodista del sitio web de AméricaEconomía, AETecno.com.

Hace un par de años, el periódico británico The Guardian afirmaba que el notable aumento del número de interesados en estudiar Física en Gran Bretaña, tanto en secundaria como en la universidad, se debía en parte al éxito de la sitcom estadounidense The Big Bang Theory, comedia que muestra cómo cuatro destacados científicos -a los que a muchos de ellos se les define bajo el insulto de "nerd"- que intentan insertarse en el mundo de "lo cool", luchando contra sus escasas habilidades sociales y capacidad para entablar relaciones personales, especialmente con las mujeres.

Lo concreto es que en 2010/11 el número de matriculados en física en las universidades británicas creció 17% respecto al curso 2009/2010, lo que coincidió con la expectación que existía por el estreno de la cuarta temporada de la serie en Gran Bretaña. The Guardian sustentaba su hipótesis a través del portavoz del Instituto de Física (IoP), Joe Winters, quien no dudaba en situar a este fenómeno televisivo como una de tres razones del aumento de la demanda por esta carrera.

Pero ojo que Latinoamérica no está ajena del todo a este fenómeno. Años atrás, en Chile, mientras The Big Bang Theory se emitía por la TV de pago en el país, a través de la señal del canal Warner, el diario local El Mercurio daba cuenta también del sorpresivo aumento que tuvieron las matrículas en carreras como Física y Matemáticas, especialmente en la Universidad Católica. ¿La razón que esgrimían? ¡Adivine!

Pero, y ¿qué tal si en Latinoamérica se produjera una serie como ésta, pero en vez de Física la cambiamos por el mundo de las startups, las tecnologías de la información y el emprendimiento? Esta vez, sí, mucho más ajustada a nuestra realidad. Con sus protagonistas (un chileno, un argentino, una colombiana, un mexicano y una brasileña, por ejemplo) luchando contra limitaciones financieras, dificultades burocráticas, escasas redes de cooperación o infraestructuras defectuosas; capitalistas de riesgo poco temerarios, entre otros escollos, pero con grandes ideas y ánimo emprendedor.

Sea o no la razón principal del aumento del interés de los jóvenes por una carrera universitaria, lo cierto es que la exhibición de una serie televisiva sobre tecnologías y emprendimiento representaría un gran acicate para fomentar la actividad. ¿Van a aumentar las matrículas y los egresados en carreras de Ingeniería informática o más emprendimientos de calidad a raíz de esto? ¿Tendremos cientos o miles de startups integrándose al ecosistema digital de la región? Los más puristas serán contundentes y lo descartarán de plano -inversión demasiado incierta-, pero la respuesta no la conocemos y no podemos asegurar que no vaya a ser así. Valdría la pena experimentar. Y una modalidad interesante de explorar es que la producción televisiva se realizara con locaciones reales universitarias.

Ciertamente, un saludable entorno de desarrolladores, emprendedores y profesionales capacitados para impulsar el crecimiento de un país no vendrá solamente de la mano de una serie exhibida por televisión que cautive a los jóvenes televidentes. El gobierno, las universidades y las empresas son actores claves para esto. Pero, de tanto en tanto, no nos vendría mal un empujoncito marketero al creciente, pero débil aún, ecosistema tecnológico latinoamericano, a través de la confección de un fenómeno mediático.

Una señal en esa dirección es lo que lanzó hace pocas semanas HBO, canal que estrenó en nuestra región una sitcom que apela a un fenómeno similar que The Big Bang Theory, pero esta vez desde el mundo de las tecnologías y el emprendimiento. Se trata de Silicon Valley, show que muestra la trayectoria de un programador de informática introvertido que vive en una incubadora de startups con sus amigos. Con base en un argumento similar, estos amigos también sufren el síndrome de la inadaptación social y deben vivir bajo la vigilancia de un millonario de internet que los hospeda gratis en su casa –a cambio de una participación del 10% en sus proyectos. Desde ahí se inicia la trama que revisa los conflictos clásicos que debe enfrentar un emprendedor con el mundo financiero, las disputas legales por el control de las ideas y la problemática vida social.

La vara que está dejando The Big Bang Theory es alta. La capacidad propia que tenga la serie Silicon Valley, de encantar y convencer al público latino con su historia y convertirse en un espejo o modelo de referencia para que los esforzados emprendedores latinoamericanos se sientan aún más estimulados a formar empresas de base tecnológica, deberá cuantificarse en un futuro. Primero habrá que ver si la serie perdura en el tiempo, lo que demostrará su éxito o fracaso.

Insisto, no vamos a lograr un desarrollo tecnológico a nivel regional por emitir una, dos o tres series que hablen de tecnología, pero qué duda cabe que una vitrina como la televisión puede ser una potencial chispa que encienda una decena más de mentes con brillantes ideas y ganas de seguir adelante desarrollándolas.

¡Bienvenida sea!