
Según el informe Diversity Wins de McKinsey (2023), las empresas con mayor diversidad tienen un 36% más de probabilidad de superar a sus competidores en rentabilidad.
En un mundo cada vez más interconectado y diverso, las organizaciones que integran la inclusión como parte estructural de su cultura organizacional están marcando la pauta en liderazgo, innovación y reputación empleadora.
En el marco del Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, líderes empresariales recuerdan que celebrar la diversidad no solo es un acto simbólico, sino una decisión estratégica.
Según el informe Diversity Wins de McKinsey (2023), las empresas con mayor diversidad tienen un 36% más de probabilidad de superar a sus competidores en rentabilidad.
A su vez, un estudio de LinkedIn (2024) muestra que el 70% de los profesionales jóvenes prioriza entornos laborales inclusivos y culturalmente diversos al evaluar nuevas oportunidades laborales.
“La diversidad cultural no puede limitarse a discursos. Es en la práctica, en los equipos, en las decisiones, en las oportunidades que se abren para todos, donde se consolida una cultura inclusiva con verdadero impacto. Nuestro desafío es construir un entorno donde todos, sin importar sus diferencias, puedan crecer con orgullo”, señala Andrés Ferrero, Gerente General de Bimbo Perú, reconocida como una de las empresas más éticas del mundo.
¿HAY AVANCES EN PERÚ?
Aunque en los últimos años se han dado pasos importantes hacia una mayor equidad en los espacios de trabajo, nuestro país aún enfrenta brechas significativas. El informe “Talent Trends 2024” de Michael Page señala que solo el 24% de los trabajadores peruanos considera que su lugar de trabajo es inclusivo, y apenas el 40% siente que puede mostrarse auténtico en su entorno laboral. Esta desconexión entre las expectativas del talento actual y las prácticas organizacionales reales evidencia una necesidad urgente de implementar políticas efectivas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) en el país.
Andrés Ferrero destaca que “incorporar la diversidad cultural en las políticas de gestión humana no solo implica reconocer distintas procedencias, lenguas, costumbres o identidades, sino integrarlas activamente en los procesos de toma de decisiones, liderazgo y comunicación interna”. Para las empresas peruanas, este enfoque representa una oportunidad para enriquecer su cultura organizacional, fomentar la innovación desde múltiples perspectivas y fortalecer su reputación como empleadores atractivos y socialmente responsables
El reto, por tanto, no es solo sumar perfiles diversos, sino construir espacios donde esa diversidad se traduzca en confianza, pertenencia y crecimiento conjunto. Solo así la inclusión dejará de ser un discurso y se convertirá en una verdadera ventaja competitiva.
EL LIDERAZGO QUE ABRAZA LA DIFERENCIA
La diversidad cultural también significa integrar puntos de vista, trayectorias, acentos, costumbres y experiencias distintas que enriquecen el pensamiento colectivo. En entornos laborales, esto se traduce en equipos más creativos, decisiones más empáticas y relaciones más sólidas con audiencias igualmente diversas.
“No se trata de sumar perfiles diversos solo por cumplir una cuota. Se trata de construir una cultura donde la diversidad cultural se escuche, se respete y se traduzca en valor colectivo”, sostiene Ferrero
Desde su rol como líder de una de las compañías más reconocidas del sector alimentos en el país, Ferrero subraya que la inclusión efectiva va mucho más allá de las contrataciones: implica revisar los procesos de liderazgo, fomentar espacios seguros de diálogo, garantizar igualdad de oportunidades en la línea de carrera y, sobre todo, integrar diferentes miradas en la toma de decisiones.