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Matías Peire, CEO de GridX: “Las grandes empresas no tienen los medios para producir a las escalas que necesitan de forma sustentable”
Viernes, Diciembre 15, 2023 - 11:30
Fuente: GridX

Con una cartera de más de 60 proyectos en siete países latinoamericanos, la company builder de biotecnología invierte en startups que van desde el rubro de alimentos y pesticidas biodegradables hasta tratamientos contra enfermedades crónicas.

Consumir lácteos vegetarianos, extraer el ADN de cualquier ser vivo o devolver la vista a miles de pacientes quizás suena a ciencia ficción. Pero hoy es una realidad. Y no se trata del esfuerzo aislado de algún laboratorio o corporación, sino de una serie de startups financiadas por GridX, una company builder de biotech que apuesta por trasladar ideas científicas al mercado. La empresa argentina nació en 2014, con la finalidad de cumplir un viejo anhelo de su fundador y CEO, Matías Peire: la posibilidad de invertir en proyectos científicos de América Latina con lógica de venture capital y que pudieran impactar a nivel global. 

Al inicio, Peire notó que el talento sobraba, pero no había startups en las que invertir. De esta forma, la tradición científica de Argentina no terminaba de despegar en soluciones concretas y masivas. En cambio, el venture capital permitiría a inversionistas especializados ofrecer financiación a empresas emergentes con alto potencial de éxito. “Así, surgió esta idea de trabajar en el proceso de ayudar a los científicos a formular sus propias ideas en startups invertibles”, declaró Peire para AméricaEconomía.

Luego de tres años invertidos en el diseño del proyecto y el estudio del mercado, GridX lanzó su primer fondo. Posteriormente, el equipo notó que la mayoría de iniciativas científicas en Argentina se enfocaban en las “ciencias de la vida”. Por ello, la decisión a tomar era clara: apostar hacia la biotecnología. El siguiente paso era una interrogante: ¿cómo debía ser el perfil de los científicos que colaborasen con GridX?  

“Deben ser buenos profesionales con un potencial de aplicabilidad de sus líneas de investigación y sobre todo, con el interés y entusiasmo de transformar sus carreras científicas en una carrera emprendedora”, asegura Peire. Si se aplica a la fórmula un inversionista que confía en el potencial de la ciencia, en lugar de simplemente arriesgar capital por una idea experimental, se concreta así, una nueva startup científica. 

A raíz de esa búsqueda de perfiles, GridX selecciona año a año unos 20 proyectos científicos de toda América Latina y otros 20 perfiles de negocios para que empiecen a trabajar juntos. Acto seguido, ambos operan en el programa Ignite, que dura tres meses y donde se van articulando los equipos que comandan la nueva empresa. “Cuando se constituye el equipo, nosotros nos convertimos en los primeros inversores de esos proyectos y una vez se expande, los ayudamos a buscar más capital a nivel internacional”, sostiene Peire. 

Hoy, la compañía apoya a 66 startups pertenecientes a rubros como medio ambiente, energía, alimentación, salud, agricultura, entre otros. Asimismo, su campo de operaciones ya atravesó las fronteras de Argentina, desempeñándose a la fecha en otros seis países latinoamericanos: Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México y Uruguay. 

UNA CARTERA DE IDEAS DISRUPTIVAS

La consigna de GridX ha dado vida a una infinidad de proyectos científicos pertenecientes a diversos rubros. Por ejemplo, en la industria alimentaria destacan iniciativas como Naturannova, startup que crea saborizantes naturales a base de vegetales; TomorrowFoods, un sistema de proteínas vegetales que busca prescindir de la carne y UpDairy, la ya mencionada línea de productos lácteos sin origen animal. Destacan así, proyectos que desafían la dependencia a los químicos y proteínas tradicionales. 

Cabe resaltar que en la agricultura se recurre a una consigna similar con el auspicio de startups que buscan proteger el crecimiento de los cultivos de manera biodegradable. En esa línea, se pueden mencionar proyectos como Bsafe Biotech, línea de pesticidas naturales a base de ácido ribonucleico (ARN) o Nat4Bio, fabricante de recubrimientos orgánicos que protegen las frutas luego de su cosecha. Asimismo, en el rubro de la medicina, pueden mencionarse varias iniciativas que aspiran a mejorar la calidad de vida de pacientes, cuyo estado usualmente se considera irreversible. 

Como muestra, se presentan New Organs, empresa que adapta órganos de cerdos para su uso en cirugías humanas; OncoPrecision, que apuesta por democratizar el acceso a diagnósticos acertados de cáncer y finalmente, Ocular Bio Design, startup que recupera la vista de pacientes mediante la ingeniería de tejidos.

Todos estos proyectos son apoyados por GridX bajo una premisa. “En los últimos 200 años, la humanidad produjo un gran progreso a través de una matriz productiva que hoy no se puede sostener. Esto ha generado grandes problemas en torno a la crisis climática y la desigualdad económica. Entonces, si pensamos en la humanidad del futuro necesitamos repensar la forma en que producimos si queremos ampliar el acceso de bienes y servicios a toda la población”, explica Peire. En este escenario, el CEO considera que allí surge la necesidad de hallar una línea de investigación que pueda solucionar o desarrollar nuevas alternativas que desplacen las prácticas que no son sustentables en diversas áreas como los alimentos, el medio ambiente, el agro y la salud. 

Aunque la ruta a recorrer no es sencilla ni lineal en lo absoluto. “Hay una percepción de la importancia de la sustentabilidad, pero muchas veces las grandes empresas que abastecen, que satisfacen estas demandas, no tienen los medios para producir a las escalas que necesitan producir para poder hacerlo de forma sustentable”, opina Peire. Según esta lógica, si hoy las empresas deciden prescindir de los agroquímicos, será difícil alcanzar las escalas de producción, a pesar que sobre el papel, se diga que los fitosanitarios son más sustentables.

Del mismo modo, si se piensa en los alimentos, Peire reconoce que hay varios ingredientes básicos que se originan en la petroquímica. Y si bien existe un discurso extendido que aboga por reemplazar estos insumos, no se tienen alternativas rentables a corto plazo. “O si quisiéramos expandir el abastecimiento de los alimentos plant-based, también nos encontramos con limitaciones, porque al final del día, el consumidor termina eligiendo un alimento de origen animal, en lugar de uno vegetal, porque no se lleva la tecnología suficiente”, concluye el gerente. A partir de este contexto, se aprecia que el crecimiento de la demanda de productos biodegradables ya existe, pero falta una oferta transparente que el consumidor pueda adquirir sin comprometer su economía familiar. Es en este punto donde GridX espera que los alimentos, tratamientos y demás productos que sus startups aliadas ofrecen puedan cubrir dicha oferta sostenible.

LA RELACIÓN ESQUIVA ENTRE LA CIENCIA Y EL SECTOR PRIVADO

En una región como Latinoamérica donde la investigación científica es primeriza, en comparación al primer mundo, surge la duda de cómo un grupo de inversores puede combatir los prejuicios existentes. “Hay un primer desafío: históricamente, el sistema científico de América Latina nunca se ha relacionado con el sector privado. Las compañías multinacionales nunca demandaron talento científico para producir ciencia y las nacionales, aún las más grandes, tampoco desarrollaron investigación y desarrollo de frontera”, sostiene Peire. Actualmente, GridX aspira a revertir esta relación distante con la presencia de 600 científicos de un total de 800 empleados que trabajan en sus startups. “Ahora tenemos el desafío hacia adelante: cómo hacer para que estas empresas sean competitivas a nivel global, sobre todo en el proceso de búsqueda de capitales”, aclara Peire.

A pesar de que Estados Unidos se mantiene como el mercado más atractivo para las inversiones científicas, ya hay planes de expansión hacia Europa y otras sociedades. “Estamos desarrollando algunas alternativas más en Medio Oriente y en Asía, que todavía no están tan claras, pero las cuales tienen apetito por este tipo proyectos y muchas veces no tienen acceso al deal flow (flujo de inversiones)”, reconoce el fundador de GridX. Así, la ciencia latinoamericana sale de sus laboratorios para vender sus productos al mercado global. Los proyectos pueden tener mayor o menor éxito, pero al fin y al cabo, los experimentos y los negocios muchas veces consisten en ensayar, equivocarse y seguir.

Autores

Sergio Herrera Deza