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Lo que está en juego para Rusia en Venezuela: mucho más que la pérdida de un aliado en la región
Lunes, Enero 28, 2019 - 09:10

Si el Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela se derrumbara, Rusia sería uno de los grandes perdedores. Y no solo debido a la posible falta de reembolsos de préstamos en mora.

En Venezuela está germinando un cambio de poder. El Gobierno de Nicolás Maduro, que durante mucho tiempo ha sido apoyado por el Kremlin, amenaza con caerse. Ahora surge la pregunta sobre qué significaría para Rusia la pérdida de Venezuela como aliado.

Inversiones de Rosneft no corren peligro. Todos los ojos están puestos en la petrolera rusa estatal Rosneft, cuyo consejo de supervisión está presidido por el ex canciller alemán Gerhard Schröder. Rosneft está involucrada en un total de cinco proyectos de la compañía estatal petrolera y de gas, Petróleos de Venezuela SA (PDVSA).

Sus participaciones en estos proyectos están entre el 26% y el 40%. ¿Cuál es la probabilidad de perder estos activos?

En caso de que Maduro fuera derrocado, no es muy probable que un nuevo gobierno vaya a seguir expropiando a empresas extranjeras, siempre y cuando la propiedad haya sido adquirida legalmente. Entonces, puede pasar que los inversionistas quieran deshacerse rápidamente de las acciones de Rosneft, como sucedió el pasado 24 de enero en la bolsa de Moscú, un día después de la autodeclaración de Juan Guaidó como presidente encargado.

Según datos de 2017, Rosneft le otorgó a Venezuela un préstamo de US$6.000 millones. Este préstamo es reembolsado por las ganancias de participación en diversos proyectos y la extracción de petróleo pesado de Venezuela.

Recientemente, hubo retrasos en la entrega y el jefe de Rosneft, Igor Setschin, tuvo que volar a Caracas en noviembre de 2018. El contrato de préstamo expira este 2019, pero la mayor parte de los créditos ya le fueron reintegrados a la empresa estatal rusa, en efectivo o especies.

 

Préstamos para la compra de armas ayudan a la industria rusa. Más complicada es la situación de los créditos que Rusia le ha hecho a Venezuela para comprar armas rusas. Según medios de comunicación rusos, en los últimos 20 años, Moscú podría haber transferido alrededor de US$11.000 millones a Caracas para este fin.

No se sabe a ciencia cierta cuánto de estos dineros le ha pagado Caracas a Moscú. Sin embargo, hay informes de que la deuda venezolana ha sido reestructurada en condiciones favorables.

No está claro si un posible nuevo gobierno venezolano pagaría estos préstamos. Después de todo, Rusia es un país que ha apoyado al régimen socialista de Chávez y Maduro. Ucrania, por ejemplo, se niega –hasta hoy día– a pagar un préstamo ruso de US$1.000 millones otorgado en 2013 por Moscú, en apoyo al entonces presidente prorruso Viktor Yanukovich.

Pero el dinero en Venezuela no se perdería completamente para Rusia, ya que eventualmente ya se gastó en fusiles Kalashnikov, aviones de combate, helicópteros, tanques y otros equipos de guerra de fabricación rusa, apoyando sus propias industrias.

Lo que sí le podría salir caro a Moscú. En general, se podría suponer que las pérdidas rusas ascenderían a US$11.000 millones, o un poco más, en caso de un cambio de poder en Venezuela. Pero eso no sería nada en comparación con las consecuencias que habría si Venezuela tiene que aumentar su producción de petróleo y ocasiona con ello una baja en los precios mundiales.

 

Venezuela es a menudo descrito como el país con las mayores reservas de petróleo del mundo. Pero unos 20 años de gobierno socialista, primero bajo Hugo Chávez y luego bajo Maduro, llevaron al derrumbe de la industria petrolera venezolana. La situación es tan dramática que Venezuela juega un papel insignificante en el mercado mundial del petróleo en la actualidad.

En caso de un cambio de gobierno, la producción de petróleo volvería a gestionarse bajo las condiciones del mercado libre. Si los consorcios regresaran, sobre todo los estadounidenses, la extracción de petróleo subiría tanto que Venezuela podría aumentar sus exportaciones, aunque eso no sucederá tan rápidamente.

Pero habría un nuevo punto de partida para futuros contratos de suministro, que podrían abaratar el petróleo en los mercados mundiales. Y ese sí sería el verdadero escenario de horror para Moscú. 

Autores

Deutsche Welle