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Sostienen que Uruguay es el nuevo epicentro del narcotráfico global tras importantes decomisos en Europa
Jueves, Agosto 8, 2019 - 16:11

El hallazgo en Alemania de 4,5 toneladas de cocaína provenientes de Uruguay rompe un récord y, según expertos, evidencia que las autoridades del país sudamericano no están a la altura del reto del narcotráfico internacional.

“Uruguay no queda bien parado”, dijo Enrique Canon, jefe del servicio de aduanas y protección de fronteras de ese país, cuando supo que un avión había despegado de su territorio con 600 kilos de cocaína a bordo y aterrizado en Francia, donde las autoridades locales hicieron el hallazgo. Eso ocurrió el 1 de agosto. Canon renunció a su cargo el día siguiente, cuando un buque portacontenedores proveniente de Uruguay atracó en Hamburgo y los inspectores alemanes encontraron 4,5 toneladas de cocaína en su interior.

En el mercado ilegal, el valor estimado de esa confiscación es de 1.000 millones de euros. Nunca antes se había incautado tanta cocaína de un solo golpe en Alemania; pero no es la primera vez en este año que una gran cantidad de cocaína procedente de Uruguay es descubierta y retenida en el puerto de Hamburgo: en abril, los agentes de aduana encontraron 440 kilos en un contendedor cargado de sacos de arroz; la documentación de los transportistas indica que ese contenedor fue subido al barco cuando éste echó anclas en Uruguay.

“En el pasado, Uruguay era percibido, junto a Costa Rica y Chile, como un país estable y seguro; pero esa reputación no tiene asidero en la realidad actual”, comenta Chris Dalby, editor en jefe de InSight Crime, una organización periodística sin fines de lucro especializada en la investigación del crimen organizado en América Latina y el Caribe. En entrevista con DW, el experto señala que las fuerzas de seguridad uruguayas han bajado la guardia porque no enfrentan la violencia asociada al narcotráfico que golpea a otros Estados de la región.

Fronteras porosas. A su juicio, la insuficiencia de los controles fronterizos uruguayos es aprovechada tanto por los carteles en América Latina como por sus respectivos clientes en Europa. La demanda mundial de cocaína ha aumentado. Según el más reciente informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), la producción de benzoilmetilecgonina alcanzó un punto sin precedentes en 2017: dos mil toneladas, un 25 por ciento más que en 2016. “Esa cocaína tiene que moverse”, señala Dalby.

Con cada vez mayor frecuencia los narcotraficantes toman caminos poco transitados para llevar la droga desde Sudamérica hasta los países donde se concentran los consumidores finales. “La cocaína boliviana llega al mercado europeo a través de Uruguay desde hace al menos diez años. Sus autoridades conocen el problema, pero eso no significa necesariamente que se le haya buscado soluciones”, esgrime Dalby, acotando que, mientras tanto, el narcotráfico global no ha dejado de evolucionar.

La era de los capos que controlaban todas las facetas del negocio terminó, asegura el especialista de InSight Crime. “El tráfico internacional de drogas está mucho más fragmentado y en manos de actores mucho más pequeños que operan independientemente”, subraya. Y es la interacción entre muchas bandas criminales de Sudamérica y Europa la que ha propiciado la transformación de Uruguay en una bisagra del narcotráfico global, añade Dalby.

Clientela europea. “Son los receptores de la cocaína en Europa los que deben lamentar la pérdida. Probablemente sean los italianos de la mafia ‘Ndrangheta, de Calabria, y también las asociaciones criminales de los Balcanes y de Rusia. Pero, de momento, no se sabe a ciencia cierta cuánta cocaína encargan estos grupos. También es posible que el decomiso de 4,5 toneladas en Hamburgo represente una pérdida ínfima para las mafias europeas”, explica Dalby antes de enfatizar que la cocaína es la principal fuente de financiamiento de la ‘Ndrangheta.

Dalby cita estudios según los cuales esa organización mafiosa, la más poderosa de Europa, se hizo de 53.000 millones de euros en 2013 traficando cocaína. Se presume que su socio principal al otro lado del Atlántico es Primeiro Comando da Capital (PCC), asentado en Brasil. ¿Puede Uruguay evitar desplazar a Brasil como país de tránsito? Eso dependerá de las futuras acciones del Gobierno de Montevideo. Robert Parrado, asesor en seguridad, critica duramente al Ejecutivo de su país, atribuyéndole negligencia.

“Uruguay siempre fue un país de tránsito para las drogas. El hallazgo de esas cantidades impresionantes de cocaína en Hamburgo lo que revela es las graves deficiencias de sus controles aduaneros y fronterizos”, arguye Parrado al ser consultado por DW. En su país no existen unidades específicamente entrenadas para investigar y aclarar crímenes de peso ligados al tráfico de personas, armas o drogas, agrega.

Autores

Deutsche Welle