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Bemoles de la elección constituyente en Venezuela
Lun, 04/09/2017 - 12:03

Farid Kahhat

Las buenas noticias que trae el fallido atentado a Times Square
Farid Kahhat

Peruano, doctor en Relaciones Internacionales, Teoría Política y Política Comparada en la Universidad de Texas, Austin. Fue comentarista en temas internacionales de CNN en español, y actualmente es profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP (Perú) y analista internacional.

Según el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, en las elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente participaron unos 8,1 millones de electores, los cuales votaron en su virtual totalidad por candidatos oficialistas. ¿Es ese resultado creíble?

Aun antes de su realización, el proceso fue controversial. De un lado, porque la iniciativa de su convocatoria no fue sometida a consulta popular (como establece el artículo 347 de la Constitución, y como hiciera el propio Hugo Chávez para intentar reformarla tanto en 2007 como en 2009). De otro lado, reportes de prensa (como el de Lucía Newman para la cadena Al Jazeera), sugerían que antes y durante el proceso de votación, los funcionarios públicos fueron objeto de maniobras intimidatorias para obligarlos a votar (práctica que cuenta con precedentes como el de la denominada “Lista Tascón”, en 2004).

Un primer indicio de que el resultado electoral era poco plausible es el siguiente. En 2013 Nicolás Maduro ganó la presidencia con unos 7.5 millones de votos. Desde entonces la economía venezolana hizo implosión. Según el FMI, el producto se contraerá en 7.4% este año, acumulando una caída de alrededor del 30% desde que Maduro asumió el cargo. Es decir, un nivel de contracción no solo históricamente inusual sino que además, cuando ocurre, suele ser la consecuencia de una guerra. Esa entidad estima además que la inflación este año superará el 700%, siendo la mayor en el mundo. Producto de ese declive económico, el oficialismo vio menguar su respaldo electoral en las elecciones parlamentarias de 2015, en las que obtuvo 5.6 millones de votos. Es difícil creer que, bajo esas circunstancias, el oficialismo haya obtenido una votación mayor a la del 2013.

La evidencia no es solo indiciaria. La empresa Torino Capital (presidida por Francisco Rodríguez, quien durante la presidencia de Hugo Chávez fue jefe de la Oficina de Asesoría Económica y Financiera de la Asamblea Nacional), realizó una encuesta a boca de urna en 110 centros electorales, y estimó además el nivel de participación. Según esa encuesta habrían votado alrededor de 3.6 millones de personas. Esa estimación coincide con la cifra que brinda la agencia británica Reuters, según la cual la propia información oficial que obtuvo del CNE indicaba que hacia las 5:30 de la tarde (es decir, hora y media antes del cierre de la votación), habían emitido su voto 3’720,465 personas.

La empresa Smartmatic provee el sistema de votación electrónica que se emplea en las elecciones venezolanas desde el referendo revocatorio de 2004. Desde entonces jamás denunció irregularidades en el empleo de sus programas informáticos. Hasta ahora. Según reporta la propia Reuters, el fundador y Director Ejecutivo de Smartmatic, Antonio Mugica, declaró lo siguiente: “Sabemos sin duda alguna que los resultados de las recientes elecciones para una Asamblea Nacional Constituyente fueron manipulados”, añadiendo que la diferencia estimada entre el resultado oficial y su propio recuento era de “al menos un millón de votos”.

La razón por la que algunos académicos definían al régimen venezolano como un “autoritarismo competitivo” era que, si bien no existía división de poderes y durante los comicios posteriores al fallido golpe de Estado de 2002 la competencia electoral no era libre o justa, cuando menos no se producían irregularidades ostensibles en el recuento de votos. Incluso eso ha dejado de ser cierto en la Venezuela de hoy.

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