Hoy la presencia de la mujer en el mercado del trabajo es un hecho mundial. Aunque todavía en algunas áreas despierta la atención de todos, como en el fútbol. Mujer y fútbol, por mucho tiempo, fueron como agua y aceite, no se mezclaban, con raras excepciones. Hasta que ellas empezaron a ser parte, no sólo como hinchas, sino también como jugadoras, entrenadoras o juez de línea.

El 22 de mayo, la portuguesa Helena Costa fue presentada como entrenadora del equipo Clermont Foot, de Francia. Costa es la primera mujer en asumir un equipo profesional masculino. Para la prensa, ella resaltó: “yo sé que el impacto es inmenso, pero pido que me miren como un entrenador normal, evaluado por mis resultados y por mi trabajo, no por ser mujer. Quiero sólo ser evaluada por mi trabajo y por mis resultados”. Y agregó: “yo lo veo como mi profesión, y no quisiera que vieran esto como una aventura o una estrategia de marketing, sino como mi trabajo”.

La portuguesa contó que encontró muchos obstáculos en el mundo del fútbol por ser mujer, pero “estoy aquí. Y es por mi trabajo, y no por otras cosas... Es normal, cuando una es pionera, cuándo está empezando algo, encontrar obstáculos”.

¡Ojalá Costa no sufra perjuicios por ser mujer! Pero yo no tengo mucha esperanza de que ella no sea juzgada por su género. En Brasil, la Federación de Fútbol del estado de Santa Catarina tiene hoy 21 mujeres como jueces de línea, siendo dos de ellas parte del cuadro de la FIFA. Y en los últimos meses algunas fueron tema de reportajes -por ser bellas- y sufrieron con el machismo de aquellos que creen que el lugar de la mujer es siempre lejos de una cancha de fútbol.

Maíra Americano Labes fue llamada "mijita rica" (expresión vulgar para resaltar la belleza de una mujer) por el director técnico del Juventus SC, después de que él fuera expulsado del partido contra el Chapecoense, en el hexagonal del Campeonato Catarinense. Al pasar al lado de la guardalíneas, Celso Teixeira dijo “¡vou sair, sua gostosa!” ("¡me voy, mijita rica!"). Es evidente que el entrenador no habría tenido la misma actitud delante de un referí de su mismo sexo.

Fernanda Colombo Uliana fue juez de línea en el partido de Sao Paulo versus CRB, por la Copa de Brasil, y en el clásico Atlético-MG versus Cruzeiro. En los partidos, la joven de 23 años se equivocó al marcar algunos fuera de juego. Algo nada de extraño en un partido de fútbol , sean hombres o mujeres las que ejercen la función de asistentes del árbitro principal. Pero el entrenador de Sao Paulo, Muricy Ramalho, de inmediato criticó a Uliana: “ella es bonita, pero se equivocó mucho. Tiene que marcar mejor”. Pero incluso el Director de Fútbol de Cruzeiro, Alexandre Mattos, fue más lejos: “si ella es bonita que vaya a desnudarse para Playboy; en el fútbol, hay que ser buena para marcar. Ella no tiene preparación, los jugadores le gritan y ella se equivoca”. Para terminar la humillación, en internet, fotos del trasero de Uliana fueron publicadas en cientos de sitios de notícias y ella se transformó en el blanco de las críticas machistas, tan habituales en las redes sociales.

No necesito decirle a usted que una foto del trasero de un guarda línea hombre no sería utilizada en las notícias a raíz de sus equivocaciones laborales. Porque es obvio que ¿cuántos errores iguales o peores son cometidos por otros guardalíneas sin que la prensa brasileña e internacional hable tanto de ellos?

Yo respondo: ¡no, no lo serían! Y la belleza tampoco sería sobrevalorada como ocurrió en el caso de Uliana. Sin embargo, cuando hablamos de mujeres, muchas veces, lamentablemente, es lo primero y lo único que nos miran. 

La presencia de mujeres en áreas de trabajo que han sido tradicionalmente masculinas debe ser incentivada, a pesar de que los ejemplos ocurridos en el fútbol brasileño nos inviten a bajar los brazos. Necesitamos avanzar con más ahinco hacia una sociedad más justa, donde los profesionales sean evaluados por su trabajo y no por su género. 

Que Helena Costa, Fernanda Colombo Uliana y Maíra Americano Labes sean ejemplos para muchas otras valientes pioneras y el inicio del camino del cambio.