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Fintech: ha llegado la hora de cambiar de paradigma
Mar, 07/08/2018 - 13:44

Guido Quaranta

Cómo dar los primeros pasos en la inversión online y no morir en el intento
Guido Quaranta

Guido Quaranta es CEO de Sesocio.com. Es Licenciado en Administración de la UBA y obtuvo el título de Magíster en Finanzas en la Universidad Torcuato Di Tella. Con diez años de experiencia en Planeamiento Financiero y Comercial, fue director del área en Despegar.com a nivel global. Posteriormente pasó a ser Finance Director para Iberoamérica en Thomson Reuters.

Quienes alguna vez creyeron que el ecosistema Fintech (Financial Technology) era efímero o que no podría impactar en un mundo dominado por la industria financiera tradicional, están en el momento justo de replantear ese paradigma.

Las cifras del World Report Fintech 2018 revelan precisamente eso: que las empresas Fintech atrajeron alrededor de US$110 mil millones en inversiones en los últimos cinco años, y que que solo en 2017, con cifras hasta el tercer trimestre del año, las empresas Fintech habían captado inversión por US$18.100 millones.

El estudio, hecho por la Asociación de Gestión Financiera Europea y la consultora Capgemini, evidenció también que aumentó el número de empresas de tecnología financiera: en 2016, había 4.200 Fintech, y hoy existen 7.500 en el mundo.

América Latina es un mercado ideal para dar un salto cuántico en materia de servicios financieros. Con un índice de bancarización del 49%, y servicios ultra concentrados en pequeños segmentos de la población, las Fintech son una oportunidad para la inclusión social y económica de individuos y pequeñas empresas.

Cuando nos referimos a la inclusión financiera, también debemos pensar que la misma no se refiere solamente al hecho de acceder a una cuenta bancaria y gestionar pagos a través del celular o a obtener al crédito personal de manera ágil; replantear el paradigma incluye salir de la concepción del consumo y  ampliar las oportunidades de generar riqueza de la población a través de la inversión.

En el corazón de este salto hacia la inclusión financiera está el crowdfunding que a través de las plataformas de financiamiento colectivo no solo se permiten microinversiones en préstamos, si no también en bienes, como puede ser el tradicional real estate o cajeros automáticos, máquinas expendedoras, camiones, así como subirse a la tecnología disruptiva de las criptomonedas.

Es usual ver que ante una industria incipiente, se producen escenarios donde los más conservadores desestiman la posibilidad de innovación y presionan para implementar trabas regulatorias; en tanto, los más audaces suele anunciar la muerte de sistema anterior, así como la inutilidad de los marcos vigentes. Esta dialéctica es natural y necesaria en todo cambio social, no obstante, no debemos caer en la tentación de tomar por bandera ninguno de los dos extremos.

Toda innovación va surgiendo de la necesidad y de los nuevos hábitos que la población va desarrollando a través de la apropiación de las nuevas tecnologías. La cuestión, por lo tanto, es cómo transformar el cambio en una oportunidad aprovechada, de acuerdo a las necesidades de cada región. Por ejemplo, en países como Reino Unido y Singapur, que encabezan las cifras de inversión en el mundo, han desarrollado interesantes "sandboxes" legales que debemos estudiar en América Latina. Dichos Bancos de Pruebas Regulatorios permiten que negocios innovadores se prueben de forma temporal con un número reducido de clientes, antes de ofrecerse de forma masiva en el mercado. Y constituye una visión flexible para que los reguladores entiendan mejor el mundo Fintech y puedan adoptar medidas que no lo bloqueen ni dificulten todo su potencial creativo y económico.

Otro camino es que las Fintech vayan ajustando sus operaciones, de acuerdo a las normas que progresivamente las entidades de regulación van emitiendo. Un escenario más factible en América Latina, donde la cultura de los pequeños inversores está dando sus primeros pasos, y por ende, puede existir una necesidad de protección mayor.

Sea cual fuere el camino que cada país de la región tome, las plataformas Fintech dan cuenta de que los latinoamericanos están deseosos de acceder a nuevos servicios que faciliten la gestión de sus recursos y le abran nuevos caminos de inversión y fondeo. El quid del asunto radica en que en la medida que tengamos claro que estamos frente a un cambio de paradigma, como sociedad seremos capaces de aprovecharlo de forma creativa.

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