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Las mipymes en el comercio internacional
Lun, 24/07/2017 - 10:18

Héctor Casanueva

Europa y las migraciones: una paradoja
Héctor Casanueva

Héctor Casanueva es profesor e investigador en Historia y Prospectiva de la Universidad de Alcalá de Henares, director del Consejo Chileno de Prospectiva y Estrategia y ex embajador de Chile.

La agenda de los organismos económicos internacionales en Ginebra dedica este año un espacio muy importante a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), y su inserción en el comercio internacional. En efecto, tanto la Organización Mundial de Comercio (OMC), como la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), el Centro de Comercio Internacional (CCI), centros de estudios y think tanks relevantes, como el Foro Económico Mundial (WEF), destinan sus esfuerzos de investigación, relevamiento de información y diálogos abiertos, a perfilar soluciones a los obstáculos y cuellos de botella que las Mipymes enfrentan, tanto a nivel doméstico como regional y global, para desarrollar su labor productiva o de servicios, realizar comercio transfronterizo e insertarse en las cadenas globales de valor, ya sea por si mismas, o mediante encadenamientos productivos con otras empresas líderes.

Estas empresas constituyen más del 90% del total global, contribuyendo casi al 50% del PIB mundial y emplean más del 70% de la fuerza de trabajo. Sin embargo, de acuerdo al informe 2016 de la OMC, participan de manera desigual y con grandes dificultades en el comercio internacional, que es sin duda el ámbito de crecimiento para los países y para ellas mismas. Los datos demuestran que en el caso de los países desarrollados, constituyen el 78% de los exportadores, pero sólo el 34% de las exportaciones. Y en el caso de los países en desarrollo, dan cuenta solamente del 8% de las exportaciones de manufacturas, que en África llega sólo al 3%. Si se trata de exportación de servicios, las Mipymes llegan al 1% de las ventas totales en el mercado formal.

Si bien la preocupación de estos organismos y otros del sistema multilateral abarca a la totalidad del sector, el foco está puesto especialmente en las que pertenecen a los países en vías de desarrollo y los menos adelantados, debido a la fuerte diferencia ya señalada. Esta negativa realidad viene de larga data, pero se potencia ahora con el nuevo eco-sistema de la producción y comercialización, local o internacional, de bienes y servicios, que trae nuevos factores de competitividad derivados de un entorno digital dinámico y la llamada “cuarta revolución industrial”. Es clave una rápida adaptación de los sistemas para competir en estas circunstancias, obviando los obstáculos y aprovechando las enormes ventajas que se abren, especialmente para las Mipymes en las cadenas globales de valor y en la posibilidad de insertarse en nichos específicos. Se habla ya de aquellas “mipymes transnacionales” o “mipymes multinacionales”, que han logrado transnacionalizar sus operaciones gracias al comercio electrónico o “e-trade”, o incorporarse a conglomerados mayores, que incluso lo fomentan, como es el caso del gigante Alibaba.

¿Cuáles son los obstáculos principales que estos organismos detectan para una adecuada inserción de las Mipymes en el comercio internacional? Siguiendo los informes de los organismos citados al comienzo, podemos anotar, además de lo ya apuntado acerca del desafiante nuevo entorno económico y de operaciones transfronterizas o internacionales, los siguientes: a) falta de acceso al financiamiento; b) carencias en acceso a la información comercial relevante; c) falta de infraestructura, equipamiento y formación para el uso de las tecnologías apropiadas; d) aplicación de medidas administrativas que en el hecho resultan discriminatorias; e) mayores costos logísticos por problemas de escala; y e) ausencia de políticas específicas de fomento productivo y promoción orientado al mercado internacional.

La creación de capacidades es un tema a abordar por las propias Mipymes, pero requieren del apoyo de políticas públicas. Lo mismo en cuanto a facilitación de inversiones, comercio electrónico (conectividad y acceso) y en general facilitación del comercio transfronterizo. Y en cuanto al ámbito internacional, los organismos multilaterales como la OMC tienen un rol fundamental, y de hecho en ello estamos trabajando en Ginebra en el seno de esta organización, a través de estudios, grupos de trabajo o de diálogos abiertos, que puedan apoyar medidas a favor de las Mipymes, como por ejemplo en facilitación de inversiones, en e-commerce, transparencia y acceso a información (por ejemplo en esto un portal ad-hoc que está desarrollando el CCI), el programa conjunto OMC-UNCTAD-CCI de “Ayuda para el Comercio”, eliminación de barreras aduaneras y trámites innecesarios (a través del ya vigente Acuerdo de Facilitación de Comercio), el programa “SheTrades” del CCI, y otras iniciativas de diferentes delegaciones, todo en la perspectiva de ayudar a los miembros a potenciar este sector a nivel doméstico y global. La próxima XI Conferencia Ministerial de la OMC, a celebrarse en diciembre, en Buenos Aires, puede ser una ocasión para avanzar en todo ello, con el respaldo político de los miembros para alcanzar a corto plazo buenos resultados a favor de las Mipymes.