Uruguay gana respeto entre vecinos e inversionistas
Montevideo. Uruguay, un país pequeño donde el presidente es un ex líder guerrillero cuya posesión más valiosa es un viejo Volkswagen modelo Escarabajo, apuesta a convertirse en el nuevo consentido entre los inversionistas globales.
El país se encamina a recuperar el grado de inversión tras haber obtenido una mejora en sus calificaciones crediticias por parte de dos agencias en el último mes, mientras que la renegociación voluntaria de su deuda del 2003 es citada como ejemplo para Europa, sumida en una crisis.