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¿Cómo entender el lenguaje de los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
Mié, 10/04/2019 - 14:14

Samantha Todd

Samantha Todd
Samantha Todd

Samantha Todd es oficial de efectividad en el desarrollo de BID Invest. Forma parte de un equipo que trabaja en el Marco de Efectividad en el Desarrollo para su alineamiento con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Samantha tiene un máster en política social del London School of Economics y un título en datos, economía y políticas de desarrollo. Antes de unirse a BID Invest, trabajó investigando salud reproductiva en América Latina y el Medio Oriente.

Hoy en día, la plataforma de aprendizaje de idiomas en línea Duolingo tiene más de medio millón de estudiantes activos de esperanto. Eso puede parecer bastante para un lenguaje inventado hace más de 130 años, sin un país al cual llamar hogar. Si bien el esperanto no se convirtió, como lo había previsto su fundador, en una lengua universal para promover la paz y el entendimiento entre las culturas, vale la pena destacar que se haya creado un lenguaje compartido para unir a personas y lugares en torno a una misma visión del mundo.

Esto es exactamente lo que han hecho los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), un conjunto ambicioso de 17 objetivos que esbozan el camino para lograr un mundo más próspero y sostenible para 2030. Los ODS han estimulado una nueva variante de comprensión intercultural al ayudar a los sectores público, privado y filantrópico a hablar un mismo lenguaje en torno a lo social y el impacto ambiental. Esta comprensión común es crítica, ya que cumplir con los ODS requiere acelerar los esfuerzos colectivos en todos los sectores.

¿Por qué los ODS son importantes para el sector privado?

El sector privado tiene un papel fundamental que desempeñar para alcanzar los ODS. Puede ayudar a cubrir la brecha de financiamiento anual estimada en US$2,5 billones para llegar a estos objetivos en los países en desarrollo, y aplicar su conocimiento, su espíritu empresarial y su capacidad tecnológica para desarrollar nuevas soluciones para los desafíos sociales.

Al mismo tiempo, alcanzar los ODS es bueno para los negocios. Las estimaciones muestran que alcanzar los ODS podría generar US$12 billones en nuevas oportunidades de mercado en solo cuatro áreas: agricultura, ciudades, energía y salud. Además, alcanzar el objetivo de igualdad de género, un desafío particular en América Latina y el Caribe (ALC), podría agregar entre US$12-28 billones anuales al PIB mundial para 2025.

Alinearse con los ODS puede dar a las empresas una ventaja competitiva cuando se trata de atraer capital. Se ha producido un cambio significativo en el mundo de la inversión, ya que se está valorando cada vez más el impacto social junto con los rendimientos financieros. Esto no se limita al aumento en la inversión de impacto, que alcanzó un estimado de US$228 mil millones en 2017, con US$36 mil millones destinados a América Latina y el Caribe. Los administradores de activos institucionales, de los fondos de riqueza soberana y de las empresas de capital privado están pensando cada vez más en el impacto, y están ofreciendo nuevos productos de inversión como consecuencia de esto último. De hecho, según McKinsey, más del 25% de los activos bajo administración a nivel mundial se están invirtiendo con consideraciones ambientales, sociales y de gobierno.

Las empresas también pueden aprovechar los ODS para atraer y retener talento y clientes. Los millennials, que constituirán casi el 75% de la fuerza laboral mundial para 2025, quieren trabajar para empleadores comprometidos socialmente y que les brinden un sentido de propósito. Del mismo modo, los clientes se sienten cada vez más atraídos por las marcas que tienen conciencia social y ambiental, y están dispuestos a pagar sumas adicionales por este motivo. La incorporación de las mejores prácticas ambientales y sociales en las operaciones puede ayudar a las empresas a crear consenso en las comunidades donde operan, ayudando a mitigar riesgos relacionados a su reputación.

Los ODS: una hoja de ruta para las mediciones de impacto

Alinearse a los ODS no tiene por qué significar un cambio colosal. De hecho, muchas empresas se comprometen con los ODS todos los días, se den cuenta o no. Por ejemplo, los esfuerzos para mejorar la eficiencia de los recursos, adoptar nuevas tecnologías, construir infraestructura sostenible o aumentar el acceso al financiamiento para pequeñas empresas puede contribuir a los objetivos de diferentes maneras.

Sin embargo, para capturar el valor de los informes sobre estos esfuerzos alineados con los ODS, las empresas deben reconocer que los ODS proporcionan un marco para comunicar el progreso en un lenguaje reconocido a nivel mundial y no son un sustituto de informes rigurosos de impacto. Las empresas deben adoptar metodologías para medir el impacto, incluyendo las métricas y los indicadores clave de rendimiento que sean relevantes para sus operaciones y estrategias comerciales, y luego vincularlos con objetivos específicos de los ODS.

No es una tarea fácil: un estudio de más de 700 de las compañías más influyentes del mundo descubrió que, si bien el 72% incluía los ODS en sus informes de sostenibilidad, solo el 23% rastreaba los indicadores relevantes. Las empresas más pequeñas, con menos recursos y menos experiencia con informes institucionales, tienen aún más obstáculos que superar cuando se trata de obtener los beneficios de los informes de impacto.

Por su parte, BID Invest ha integrado los ODS en su Marco de Gestión de Impacto, ayudando a clientes y co-inversionistas a alinear y medir sus contribuciones a estos objetivos globales. Por ejemplo, BID Invest está trabajando con Blue Orange Capital para evaluar y medir el impacto de las inversiones realizadas, a través de su nuevo fondo centrado en los ODS para América Latina y el Caribe.

Con un panorama social, político y económico cambiante en el que los rendimientos financieros ya no son el único punto de referencia de éxito, informar sobre los ODS junto con mediciones tradicionales de impacto ofrece a las empresas e inversionistas la oportunidad de unirse a una conversación global. Incluso, es posible que ahora escuchen a quienes hablan esperanto.

*Esta columna fue publicada originalmente en el blog BID Invest, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

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