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¿Conviene invertir en acciones de compañías grandes o pequeñas?
Lun, 01/05/2017 - 21:27

Andrés Cardenal

Tres compañías tecnológicas con sólidos dividendos
Andrés Cardenal

Andres Cardenal es Analista de Sala de Inversión América.

Las diferentes clases de acciones no solo se diferencian en base al país o sector de la economía en el cual operan las empresas. El tamaño del negocio puede ser una variable determinante a la hora de tomar decisiones de inversión. ¿Conviene invertir en acciones de compañías grandes o resulta mejor idea enfocarse en negocios más pequeños?

Retorno, riesgo, y contexto

El tamaño de una firma puede medirse en base a diferentes consideraciones, puede tomarse a tales efectos un indicador de su valor de mercado, como por ejemplo la capitalización bursátil. Alternativamente, podemos decir que el tamaño de la compañía está dado por sus variables fundamentales, como las ventas y ganancias que genera el negocio.

Habitualmente hay una relación directa entre estos dos enfoques: dentro de una misma industria, es habitual que las empresas con ventas y ganancias más grandes sean también las de mayor valor de mercado. Sin embargo, algunas compañías pueden cotizar a valores muy por encima de lo que indican sus fundamentos cuando las expectativas de crecimiento son superiores al promedio de mercado. 

Más allá de la definición que tomemos para medir el tamaño de la firma en sí, los datos históricos demuestran que las compañías de menor tamaño ofrecen retornos más elevados que las empresas grandes a largo plazo, aunque la contracara de este mayor retorno es un nivel de volatilidad también superior.

Esta diferencia en cuanto a riesgo y retorno puede explicarse sencillamente desde el punto de vista de la teoría del portafolio. Se asume que los inversores están dispuestos a asumir mayores grados de volatilidad cuando invierten en activos con retornos superiores, y muchas veces se observa en la práctica que efectivamente las clases de activos con mayor potencial de retorno esperado son también las más volátiles. 

En función del contexto económico, puede ser conveniente centrarnos en compañías de diferente tamaño. Las empresas más chicas obtienen un porcentaje mayor de sus ventas y ganancias en el mercado local, mientras que las firmas más grandes ofrecen mayor exposición internacional. Teniendo esto en cuenta, podemos seleccionar un tipo u otro en función de la evolución de la economía local en comparación con los mercados internacionales. 

Cuando esperamos que la economía de un país genere buenas tasas de crecimiento, entonces nos conviene apostar a las compañías pequeñas en ese mercado. Los activos de riesgo se benefician de una aceleración en el crecimiento económico, y un mayor grado de exposición a la economía local suele ser una ventaja adicional en este tipo de escenarios. Por otro lado, en escenarios económicos adversos, es más valorada la estabilidad y previsibilidad que ofrecen las compañías grandes.

Calidad, crecimiento y oportunidades

Los negocios pequeños generalmente ofrecen un potencial de crecimiento más elevado, ya que es más factible incrementar vigorosamente las ventas desde una base relativamente pequeña que sostener las tasas de crecimiento cuando la compañía ha alcanzado un tamaño considerable. Un líder de mercado en una industria madura lógicamente ofrece un menor potencial de expansión que un jugador pequeño en un segmento emergente.

Por tal motivo, los inversionistas en busca de alternativas con un potencial explosivo de crecimiento suelen ir detrás de los negocios relativamente pequeños. La idea es apostar a negocios de alto crecimiento cuando todavía son jóvenes y cuentan con muchos años de crecimiento vertiginoso por delante.

En el mismo sentido, generalmente el mundo de las compañías pequeñas suele ser campo fértil para identificar oportunidades de inversión que se encuentran fuera del radar de los inversores más tradicionales. Los analistas y los medios de prensa suelen enfocar su atención en negocios grandes y conocidos, lo cual puede ser una fuente de oportunidades para los inversores que estén dispuestos a invertir en negocios pequeños y desconocidos por la comunidad inversora. 

Por otro lado, las firmas más grandes suelen ser líderes de mercado en sus respectivas industrias, y muchas veces cuentan con ventajas estratégicas determinantes, como una marca reconocida, una red de distribución superior a la de la competencia, y ventajas de escala que potencian la competitividad de costos. Esto implica generalmente niveles de rentabilidad por encima de los promedios en la industria.

Los negocios de mayor tamaño suelen ofrecer una probada trayectoria en el tiempo, y el inversor confía en la capacidad de la empresa para atravesar con éxito todo tipo de escenarios económicos. Esto permite capitalizar las oportunidades para comprar a precios bajos cuando los precios ajustan a la baja. En contraposición, cuando se trata de compañías más pequeñas e inestables, resulta más incierta la calidad del negocio, lo cual dificulta la decisión de comprar cuando la empresa atraviesa dificultades.

Otra ventaja muy valorada es que los negocios grandes y de buena calidad suelen generar grandes sumas de efectivo excedente, lo cual implica la capacidad de compensar a los accionistas con dividendos y recompras de acciones. Cuando se trata de invertir en base a las distribuciones de efectivo, las compañías grandes llevan la delantera por sobre las pequeñas.

En conclusión, no puede decirse que invertir en empresas grandes o pequeñas sea necesariamente una alternativa superior a la otra. Compañías de diferentes tamaños ofrecen ventajas y desventajas en diferentes aspectos. Dependiendo de la estrategia y estilo de cada inversor, así como también de sus objetivos de retorno y tolerancia al riesgo, pueden establecerse diferentes combinaciones entre compañías de tamaños diversos para construir un portafolio adecuado a las necesidades del inversor en particular.

*Esta columna fue publicada originalmente en Sala de Inversión.