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En defensa de la Ilustración
Vie, 09/11/2018 - 15:04

Gabriela Calderón

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Gabriela Calderón

Editora de ElCato.org y columnista del diario El Universo (Ecuador). Se graduó en 2004 con un título de Ciencias Políticas con concentración en Relaciones Internacionales de la York College of Pennsylvania. Sus artículos han sido reproducidos en otros periódicos de Latinoamérica y España como El Tiempo (Colombia), La Prensa Gráfica (El Salvador), Libertad Digital (España), El Deber (Bolivia), El Universal (Venezuela), entre otros. En 2007 obtuvo su maestría en Comercio y Política Internacional de la George Mason University.

Líderes populistas de izquierda y de derecha han llegado al poder o han adquirido un nivel inusitado de popularidad en diversas partes del mundo. El psicólogo de la Universidad de Harvard Steven Pinker cree que se trata de un creciente rechazo de los valores de la Ilustración que hicieron posible la civilización moderna en la que nos hemos acostumbrado a vivir.

Pinker publicó este año En defensa de la ilustración: Por la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso (Paidós, 2018) para explicar dos cosas: el mundo está mejor que nunca antes en prácticamente todos los indicadores que podamos considerar y que este progreso humano sin precedente se debe a los valores de la Ilustración. Consideremos algunos de los datos presentados por Pinker.

La expectativa de vida en 1760  era de tan solo 29 años, en 2015 llegó a 71,4 años. Esto ha sido posible gracias a varios factores, como los grandes avances en salud. Desde 1892 hasta el presente los científicos realizaron importantes descubrimientos como las vacunas para la difteria y el tétano, la penicilina, la terapia de rehidratación por vía oral, etc. Todos estos descubrimientos salvaron miles de millones de vidas. Muchas enfermedades desaparecerán para el año 2030 como la elefantiasis, la ceguera del río, la tracoma.

Las hambrunas cada vez más son problemas del pasado, si las tendencias actuales continúan “el siglo XX habrá sido el último durante el cual decenas de millones de personas murieron por falta de acceso a los alimentos”.

Vivimos en un mundo más próspero. Entre 1820 y 1900 el ingreso mundial se triplicó y luego se volvió a triplicar en poco más de 50 años. Después tardó solo 25 años en volverse a triplicar y otros 33 años para triplicarse una vez más. Y el ingreso de hoy rinde más pues compra productos que antes eran muchos más caros. Un estudio publicado por Brookings Institution el mes pasado concluye que ya la mayoría de la población mundial pertenece a la clase media, esto es, aquellos hogares que gastan entre $11 y $110 al día por persona.

El medio ambiente también ha visto mejoras gracias a que cada vez la tecnología nos permite explotar de manera mucho más limpia y eficiente los recursos finitos. Como bien lo ha explicado el Premio Nobel de Economía Paul Romer, los recursos son finitos pero las combinaciones entre estos e innovaciones que los hacen “rendir más” son infinitas. Mientras más se enriquece un país, mas limpio suele ser su medio ambiente.

Vivimos en un mundo cada vez más pacífico. La última guerra entre grandes poderes fue hace 60 años cuando China se enfrentó con EE.UU. en la guerra de Corea. Las muertes en combate han caído a un mínimo histórico, considerando datos entre 1945 y 2015.

Ciertamente que hay grandes retos a los que se enfrenta la humanidad. Pero primero hay que reconocer los grandes avances que hemos logrado y que solemos dar por sentado. Luego hay que entender que fueron posibles gracias a los principios de la Ilustración: la razón, la ciencia, la natural empatía de los seres humanos que hicieron posible el desarrollo de sistemas humanos que dieron como resultado este increíble progreso.

*Esta columna fue publicada con anterioridad en el centro de estudios públicos ElCato.org.