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Para que el suicidio nunca sea una salida
Mar, 11/07/2017 - 09:13

Ferdinando Regalia

¿Qué hacen Latinoamérica y el Caribe en desarrollo infantil?
Ferdinando Regalia

Fernando Regalia lidera la división de Salud y de Protección Social en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Casi 800.000 personas se suicidan cada año. En los jóvenes de entre 15 y 29 años, el suicidio es la segunda causa de muerte. Estos datos reflejan una realidad que, si bien continúa siendo tabú, es sumamente dura. No en vano la serie televisiva Por trece razones se ha convertido en la serie más tuiteada de 2017 hasta la fecha.

El éxito de este drama adolescente, basado en la novela del mismo nombre escrita por Jay Asher y que causa furor entre los adolescentes, radica en las 13 razones que conducen al suicidio de una adolescente de 15 años, Hanna Baker. Baker, que vive una vida aparentemente perfecta en un prototípico suburbio estadounidense, deja grabadas en un casete las 13 razones que la empujan hacia el vacío. Aunque en la pantalla los protagonistas son impotentes, sin posibilidades de evitar el suicidio ni de interactuar con la adolescente, en la realidad hay muchos pasos que se pueden tomar para evitar un desenlace fatal.

Cifras alarmantes sobre una situación alarmante

Reflexión, concienciación y prevención es precisamente lo que se reclama desde numerosas instituciones dedicadas a la salud mental y psicológica. Y es que la mortalidad por suicidio es superior a la combinación de víctimas fatales de la guerra y los homicidios. En muchos países, Estados Unidos entre ellos, es además la segunda causa de mortalidad entre los niños y jóvenes en edad escolar.

Por ello, y considerando que la mayoría de los países no ha establecido una estrategia nacional para la prevención del suicidio, la Organización Mundial de la Salud se planteó como objetivo reducir en un 10% los índices de suicidio como parte de su Plan de Acción de Salud Mental para los años 2013-2020.

Para conseguirlo, asegura que la clave es adoptar un enfoque integral que comprometa a las administraciones públicas, a los medios de comunicación y a la sociedad civil. Con medidas preventivas eficaces, los suicidios pueden evitarse.

Prevenir el suicidio

En primer lugar, hay que restringir el acceso a los medios que facilitan quitarse la vida. Se sabe que la ingesta de plaguicidas, el ahorcamiento y las armas de fuego son las formas más comunes de suicidio en el mundo, muchos de los cuales se cometen impulsivamente. Una regulación que limite el acceso a tales productos químicos y a las armas podría salvar vidas.

Segundo, los servicios de salud tienen que incorporar la prevención del suicidio como un componente central. Una identificación temprana de la depresión y un tratamiento eficaz son fundamentales. Asimismo, las comunidades desempeñan una función crucial en la prevención del suicidio. Es vital que brinden soporte a individuos vulnerables, haciendo seguimiento y luchando contra la estigmatización, así como apoyando a quienes han perdido a sus seres queridos por esta causa.

Ser más audaces que las redes sociales

La articulación de estas acciones requiere procedimientos largos y burocráticos. Estos se ven superados por la moderna sociedad digital, en donde los trending topics, los tuits, snaps, y likes de Facebook pueden formar patrones de conducta en tiempos récord.

Por ejemplo, la gran cantidad de noticias relacionadas con el siniestro juego de la Ballena Azul ha llevado a la policía de varios países de América Latina a investigar su posible relación con varios suicidios de jóvenes. El nombre de este peligroso desafío hace referencia a los varamientos colectivos de algunas ballenas que encuentran la muerte en la orilla, y se viralizó a raíz de un reportaje publicado en Rusia, que lo relacionaba con suicidios.

La Ballena Azul aparentemente consiste en incitar a niños y adolescentes a realizar un desafío por 50 días, incluyendo despertarse de madrugada, ver videos de terror, cortarse el brazo con una navaja, acercarse al borde de un precipicio o, como reto final, suicidarse saltando desde un balcón. A pesar de la poca información veraz que existe sobre el juego, el simple eco en las redes puede conducir a muchos menores a considerarlo como algo real, aunque sea ficción.

Permanecer alertas para salvar vidas

La Asociación Nacional de Psicólogos Escolares, la más importante de su tipo en Estados Unidos, ha publicado recientemente unas consideraciones que hacen referencia explícita a los riesgos que plantea la serie de ficción Por 13 razones. Ofrece, además, consejos para educadores, padres y adolescentes sobre cómo enfrentarse al tema y ayudar a prevenir el suicidio juvenil e infantil, a la vez que alerta sobre señales indicativas que apuntan a la necesidad de intervenir.

Amigos, padres, profesores, consejeros, profesionales sanitarios, gestores políticos, todos desempeñan un papel crucial en el éxito de la lucha contra el suicidio infantil y juvenil, para que, por muchas razones que uno piense que haya, quitarse la vida no sea  la salida.

*Esta columna fue publicada originalmente en el blog Gente Saludable del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).