¿Qué tanto conocemos nuestros patrones de consumo?
Alejandra era la típica mexicana que aplicaba la de ir al centro comercial a turistear y regresaba con un guardarropa completo.
Lo peor del asunto es que ya pensando con la cabeza fría, al llegar a casa no todo lo que compraba le gustaba, pero aun así no lo regresaba; pensaba que algún día lo usaría. En el closet había muchas prendas sin estrenar.
Como era de esperar, sus tarjetas estaban al tope, cubría sólo el pago mínimo cada mes. Llegó un momento en que no sabía cómo bajarle a sus deudas.





