¿Qué pasa por la cabeza de un árbitro de fútbol?
Cuenta Rodrigo Solé que cuando comenzó a cursar la carrera en 2007 en la Asociación Argentina de Arbitros eran alrededor de 30 chicos en el aula y muchas veces les costaba juntar 22 para hacer un ‘partidito’ de fútbol.
Este año se anotaron alrededor de 400 jóvenes para iniciarse en una profesión que mirada desde afuera aparece como una de las más ingratas por su exposición a contextos de violencia e intolerancia, pero que muchos la buscan para mantenerse vinculados al deporte y otros la toman en cuenta como una salida laboral.