Holanda, Brasil, Georgia, Egipto y Dinamarca, los últimos interesados en sumarse al irresistible Banco Asiático de Inversión en Infraestructura
Con un capital inicial de US$50.000 millones, cifra que podría extenderse a US$100.000 millones, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) ya hace sonar su potente gong por todo el orbe, suscitando el interés de países tan lejanos como Egipto o Dinamarca.
Es que todos ven en el desarrollo de los países emergentes de Asia una gran oportunidad de inversión, sobre todo en el sector de infraestructura pública, razón por la cual el BAII podría convertirse en una herramienta útil para complementar el orden financiero mundial.





