Fiscales argentinos enfrentan intimidación y acoso
Buenos Aires. Los fiscales argentinos siempre han precisado nervios de acero para investigar a funcionarios de alto rango, grandes empresarios y criminales: amenazas de secuestro a sus hijos, chantaje e intentos de removerlos son parte de lo que deben enfrentar por su trabajo.
Pero la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman, la noche previa a que declarara sobre sus acusaciones contra la presidenta Cristina Fernández de que intentó desviar su investigación sobre un ataque terrorista, conmocionó incluso a los más duros.