Enfermedades mentales, un padecimiento que se vive en silencio
Nicolás lleva varias horas caminando. Va a paso lento. La intensidad del sol le ha subido el tono a su piel blanquísima y húmeda. Respira profundo y siente la frescura de esa zona boscosa entrar como una helada por sus fosas nasales. Respira profundo y escucha voces que se acercan, el crujido de dos o tres cuerpos que aligeran el ritmo de su caminar con dirección hacia él y el silbido de cualquier bandada de pájaros que pareciera huir a un sitio más tranquilo. Las voces son balbuceos incomprensibles, a veces. Nicolás se concentra y se incomoda.