Estímulo telúrico
Su silueta borrosa, captada por el celular de un rescatista, recorrió el mundo como símbolo de esperanza dentro de la tragedia que azotó a Japón el 10 de marzo. Hiromitsu Shinkawa, de 65 años, flotaba –vivo- en un trozo de techo de su casa, a 15 kilómetros de la costa. Una esperanza, en apariencia, más bien pálida, dada la magnitud de la destrucción de ciudades y pueblos. Eso sin contar con el impacto de la fuga radioactiva de Fukushima. Sin embargo Japón se ha recuperado, y rápido, de terremotos anteriores. También de los dos bombardeos atómicos de 1945.