Maldición Olímpica
¿Despertó esta mañana con ganas de arruinar el futuro de una ciudad o, incluso, de un país entero? Simple. Convenza a sus dirigentes, con una sonrisa en el rostro, de que se postulen para realizar una olimpiada y ayúdelos con denuedo máximo a lograr esa meta. Por alguna razón los griegos, grandes tramposos, grandes tacaños y grandes sabios a la vez, llevaban a cabo sus olimpiadas siempre en el mismo lugar: el valle de Olympia, cerca de la pequeña ciudad de Elis.





