¿Tendrá algún día un jefe robot?
Le presento a su nuevo jefe. No tiene favoritos, no participa en los rumores de la oficina. Sus instrucciones son claras. A la hora de evaluar su rendimiento, él hace observaciones valiosas y las respalda con ejemplos. Es perfecto. Es decir, casi lo es. Tiende a repetirse, y no le da tiempo libre ni para asistir al recital de violín de su hijo. Bien, tendrá que perdonarlo, a fin de cuentas, su jefe es un robot.