Helado de autoservicio
Los niños del vecindario siempre creyeron que los Ibarra eran muy ricos porque en el patio de su casa tenían una máquina de helados. Eran los finales de la década de 1970 y el arquitecto Jorge Ibarra regalaba a todo el que pasara el resultado de sus experimentos: algo nunca visto en México, el helado suave de yogurt.